Salud
A raíz del reciente fallo del panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre el maíz genéticamente modificado, especialistas de la UNAMla UAM y diversas organizaciones analizaron sus implicaciones en un conversatorio organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM. Los expertos coincidieron en que los alimentos derivados del maíz consumidos en México no representan un riesgo para la salud humana.
Ana Laura Wegier Briuolo, investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, enfatizó que la diversidad del maíz en México garantiza la inocuidad de los alimentos, un hecho que ha prevalecido por generaciones. “La calidad del grano descarta el temor de heredar las semillas o intercambiarlas con otras personas”, explicó. No obstante, alertó sobre la pérdida acelerada de la diversidad del maíz en el país, similar a lo que ha sucedido en Estados Unidos, donde las variedades han sido reemplazadas por semillas homogéneas y patentadas que responden a las leyes del mercado.
Salud El fallo del T-MEC y su impacto en México
Monserrat Téllez Serrano, integrante de la fundación Semillas de Vida A.C.señaló que México no perdió el caso por una cuestión de fondo. Aclaró que el fallo se basó en aspectos comerciales y no en evidencia científica que pruebe un impacto negativo del maíz transgénico en la salud o el medio ambiente. “El panel permitió evidenciar la serie de documentos y conocimientos que refuerzan la pertinencia de las medidas de México”, afirmó.
Por su parte, David Rivero Fragoso, abogado de la Demanda Colectiva de Maízdestacó que México es autosuficiente en la producción de maíz para consumo humano. Sin embargo, la demanda de maíz transgénico proviene de la industria de productos procesados, textiles y alimentación animal, sectores que requieren grandes extensiones de tierra que podrían destinarse a otros cultivos o a la recuperación de áreas naturales protegidas.
Rivero Fragoso calificó como “absurdas” las reglas impuestas por el T-MEC y argumentó que las evaluaciones de riesgo no fueron realizadas conforme a lo establecido en normativas internacionales. “México perdió porque no logró demostrar el impacto negativo del maíz transgénico, pero en realidad no le correspondía hacerlo, sino a Estados Unidos, ya que es el productor de estos organismos genéticamente modificados”, expuso.
Salud Desafíos para la bioseguridad y la soberanía alimentaria
La investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Alma Piñeyro Nelson, advirtió que el fallo coloca a México en una situación de vulnerabilidad y complica el escenario de bioseguridad del país. En su opinión, este resultado afecta la soberanía nacional para tomar decisiones en función de la salud pública, la conservación de las variedades nativas de maíz y la protección de los ecosistemas.
Uno de los principales problemas que enfrenta México es la falta de trazabilidad del maíz genéticamente modificado que ingresa al país en grandes cantidades a través de múltiples puntos fronterizos. Piñeyro Nelson reveló que estudios recientes detectaron la presencia de transgenes en el 82% de los alimentos analizados, incluyendo harinas, totopos y botanas. “Esto evidencia la dificultad de controlar la entrada y distribución del maíz transgénico en México”, concluyó.