*por Fernando Arditti, vicepresidente y gerente general de WSO2 en América Latina.
No es novedad que el sector Salud se viene destacando como uno de los pioneros en el uso de tecnología, y se esperan más inversiones en los próximos años. Según Gartner, las empresas del segmento aumentarán el gasto global en TI en un 9,5% para finales de 2024, alcanzando los 265.200 millones de dólares. Además, se espera que el enfoque en los servicios de TI y software continúe aumentando, con un crecimiento anual estimado del 10% y 13,4%, respectivamente.
No En Brasil, el 9,3% del PIB –o 800 mil millones de reales– se asigna a la salud pública y privada. Sin embargo, muchas de las instituciones se encuentran al comienzo de su viaje digital. Para tener una idea, la encuesta TIC-Salud, del Centro Regional de Estudios para el Desarrollo de la Sociedad de la Información (Cetic.br), mostró que, en 2023, sólo el 33% de los establecimientos de salud contaban con conexión a Internet superior a 100Mbps. Aun así, hubo una mejora, ya que fue del 11% en 2019.
En otro ejemplo, vemos que el número de instituciones con registros exclusivamente en papel cayó del 30% al 11% entre 2013 y 2023. A pesar de los avances, aún nos queda un largo camino por recorrer para tener una Salud más digital y práctica.
Este camino se puede recorrer de forma más rápida y segura si existe una planificación de mediano a largo plazo que incluya inversiones en tecnología. Actualizar sistemas heredados, pasar a la nube y a soluciones de código abierto y utilizar inteligencia artificial para optimizar tareas son algunos ejemplos de cómo es posible prepararse para posibles cambios.
Como en otras industrias, tener estructuras robustas, pero lo suficientemente flexibles para adaptaciones rápidas, es la gran diferencia para garantizar solidez incluso durante períodos de fluctuación.
Otro punto a considerar es el gran volumen de datos trabajados a nivel global en el área de Salud. En 2020, se estimó que se generaron 2,3 zettabytes de datos; como referencia y también para usar un término más cercano a la realidad de la gran mayoría de las personas, un zettabyte equivale a un billón de gigabytes.
Si bien buena parte de esta información no puede ser utilizada, se trata de datos sensibles que requieren protección en todas las etapas, desde la inclusión hasta el acceso, ya sea realizado por profesionales del sector o por pacientes. En 2023, la pérdida promedio por ciberataques en el segmento de Salud a nivel mundial fue de 5,3 millones de dólaressegún PwC.
La adición de varias capas de seguridad es fundamental para que la información se transmita correctamente entre usuarios. Cortafuegos, cifrado, autenticación con múltiples pasos y medios y software de gestión de identidades y accesos de clientes son algunas de las formas de lograr este objetivo.
La agilidad que aporta la tecnología a los procesos aporta beneficios a todo el entorno. Por un lado, los pacientes pueden tener una atención más rápida y acceso a innovaciones de tratamiento. Por el otro, las empresas son capaces de optimizar los sistemas, ofrecer soluciones especializadas (tanto online como presenciales) y más personalizadaslo que aumenta la satisfacción de quienes son atendidos y, en consecuencia, contribuye al desarrollo del negocio.
En un área tan importante como la Salud, en la que cada minuto cuenta, es fundamental que toda la estructura esté a la altura del dinamismo de las demandas, y la tecnología tiene un papel cada vez más importante para afrontarlas.