Salud
SEÑOR DIRECTOR:
El “chu-chu-chu” con el que el presidente Petro pretende generar el caos en el actual sistema de salud arrastra consigo una serie de irregularidades, que podrían ir desde lo ilegal a lo inconstitucional. Lo primero que hay que aportar como evidencia es que el sistema actual sigue vigente, por lo tanto, los giros deberían seguir fluyendo por ley y de acuerdo al número de pacientes afiliados en cada EPS.
Esto permite que mientras se decide en el Congreso (no en la Casa de Nariño) el futuro del actual sistema, no se vean interrumpidas las atenciones y los tratamientos de cada afiliado, como una forma de salvaguardar un derecho fundamental tan importante como el de la salud. Lo segundo es que el Gobierno sigue obstinado en crear un sistema monopolístico, sin importarle que va en contravía de los beneficios que se derivan del libre mercado y el derecho de cada afiliado a elegir el seguro de salud que más le convenga.
No está de más advertir que para eso son la Constitución y las leyes, y no para que el anarquismo o el autoritarismo hagan con el pueblo lo que les venga en gana.
Wadid Arana D.
Bogotá
Salud Conforme a los criterios de
Inseguridad en el desarrollo emocional
SEÑOR DIRECTOR:
Leí el editorial principal (25-5-2024) sobre el tema de salud mental en niños, niñas y jóvenes y las estadísticas sobre las autolesiones y el suicidio. Este es otro tema que podría mejorarse desde la raíz, mediante la prevención al ofrecer a los niños, las niñas y jóvenes ambientes amables y tranquilos en colegios públicos de jornada completa y apoyo psicológico, creativo y deportivo complementarios. Todo ello, proporcionándoles seguridad y reconocimiento de su dignidad. Y para que sus mamás puedan trabajar a tiempo completo y mejor al tener la tranquilidad que se necesita para sacar adelante a los hijos en forma responsable, amorosa y sana desde todo punto de vista.
Claudia Fadul
Por una ciudad limpia
SEÑOR DIRECTOR:
Según la Uaesp (EL TIEMPO, 30/5/2024), en Bogotá hay 700 puntos permanentes de residuos clandestinos, pero podrían ser miles más, pues se ha normalizado que cada andén se use como basurero improvisado para deshacerse de cualquier residuo motu proprio o por pago de las familias o las empresas a informales por su traslado allí. Sumado el desperdigamiento de esta por indigentes y falsos recicladores, el robo y la destrucción de tal infraestructura.
La alcaldía pasada nos dejó un problema mayúsculo, convertido en un rasgo capitalino incompatible con la ciudad con más turismo del país. El costo-beneficio del convenio de aseo con los operadores de 2016-2026 con aumentos de 15 % interanual es desventajoso para la ciudad. Prometer trabajar por una estrategia remedial y no preventiva para reducir tales puntos a 100 es equivocado. Es hora de aplicar el art. 111 del CNP (Ley 1806/16) con multas más fuertes y que el Concejo distrital obre institucionalmente al respecto, convirtiendo el propósito de tener una ciudad limpia y ordenada en causa ciudadana.
Mayo Monroy
Bogotá