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Escenario, desafíos y perspectivas de las mujeres en el área de Tecnología: ¿dónde estamos y hacia dónde vamos?

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Las mujeres representan el 51,5% de la población brasileña, pero representan solo el 25% de la fuerza laboral tecnológica, la cifra más baja de América Latina

Carol Franco – Foto de Adom Vieira.

Si bien las mujeres representan el 51,5% de la población brasileña (IBGE 2022), esta cifra aún no refleja el sector de Tecnología y el mercado laboral. Según la encuesta Mujer en Tecnología, representan solo el 25% de la fuerza laboral en el área, y Brasil tiene el porcentaje más bajo de mujeres en la fuerza laboral entre los países latinoamericanos. Además, la mayoría de las mujeres también se encuentran fuera de los puestos de liderazgo en general: el 60% de las empresas en Brasil no tienen mujeres en puestos decisivos como este.

Conscientes de la necesidad de transformación social, de la relevancia de la autonomía y la independencia económica de las mujeres, algunas empresas han trabajado para transformar este escenario, ya sea a través de programas de visibilización, mentorías específicas, programas de liderazgo o apoyo a la formación educativa. También según el estudio, el 51% de las empresas ha intentado contratar más mujeres a través de procesos de selección sin sesgos inconscientes, el 40% busca garantizar mayores oportunidades de promoción y el 38% ha ofrecido trabajo flexible a las mujeres, así como un incentivo para trabajar en el Área de tecnología.

Carol Franco, de 38 años, es la actual directora de Marketing y Comercial de RPE, empresa enfocada en soluciones de pagos, y es uno de los ejemplos de mujeres que han alcanzado puestos de liderazgo. Hace seis meses aceptó la invitación para gestionar el área de Marketing de la empresa, pero en menos de un mes fue ascendida al cargo que ocupa hoy. “Comparto el directorio de la empresa con otros ocho directores, de los cuales siete son hombres y una es mujer. Mi equipo está formado por seis personas: cuatro de ellos son hombres y también trabajamos con algunas agencias y proveedores. Este es un desafío que se vuelve aún más difícil debido al mercado que atendemos, el tecnológico y el minorista, que es mayoritariamente masculino”, afirma.

Entre los desafíos que Carol puede enumerar para estar en este mercado, en general, está la necesidad de ser escuchada y respetada. “Existe esa desconfianza e inseguridad que debemos afrontar muchas veces en entornos dominados por hombres. Hay que estar siempre luchando por el espacio y defendiendo ideas y opiniones. Por eso, más que quejarme o victimizarme, adopté la postura de buscar conocimiento y compartir bien el espacio con los hombres, dejando siempre muy en evidencia mi opinión y mis acciones”, dice.

Según ella, lo que destacó fue su capacidad para gestionar proyectos, gestionar personas y resolver problemas de forma rápida y estratégica. Dice que la oportunidad de ascender en tan poco tiempo le trajo más comodidad y seguridad, ya que ser reconocido es un gran estímulo profesional y personal.

Para el experto, uno de los secretos para construir una carrera sólida en el área de Tecnología es creer en el propio potencial y seguir adelante. “No te rindas, escribe tu propia historia, deja un legado y no tengas miedo de lo nuevo y lo desconocido. Sé ejemplo de lo que mejor sabes hacer, estudia y habla siempre más alto, cuando sea necesario, para ser escuchado con respeto. Siento que en los últimos años el mercado nos ha ido abriendo más espacios, sobre todo en puestos de liderazgo. Más que conocimientos técnicos, las mujeres podemos aportar mucho valor en puestos directivos y estratégicos”, señala.

Camila de Lima Leal – Foto de Adom Vieira.

Camila de Lima Leal, de 32 años, quien se desempeña como Directora de Éxito del Cliente en RPE, también sigue esta línea de pensamiento. Para destacar, se embarcó en un viaje interior, a través del cual primero se hizo más fuerte desde dentro. “Durante muchos años tuve la sensación de que necesitaba vestirme de una manera más masculina, más discreta y que no podía llamar la atención ni ser tan abrigado como me gustaría, como lo soy naturalmente, y hablar más como un hombre. . Pero me di cuenta de que cuando dejaba de parecer algo, me convertía en una persona que traía mucho más respeto. Entonces, el proceso se trataba mucho menos de cómo podía cambiar el mundo que me rodeaba y más de verme a mí mismo como parte de él, sin importar lo que la otra persona dijera o pensara. Cuando tuve esta claridad mental de que confiaba en mis habilidades técnicas, emocionales, gerenciales y estratégicas, me di cuenta de que, de hecho, mi mayor villano era yo mismo. Entonces, no tenía que ser un hombre para presentarme y ser aceptado. Sólo necesitaba estar cómodo conmigo mismo, en mi posición”, comenta.

Según Camila, en el mercado de la Tecnología “hay gente de una generación más avanzada, entonces en cierto modo son más tolerantes, más comprensivos. Siento que es un área mucho más avanzada en la que entrar, mucho más abierta, con pensamientos y opiniones nuevos”. Priscilla Arruda, de 37 años, directora ejecutiva de Base, una empresa asociada a RPE, está de acuerdo y dice que “el ambiente dentro de una empresa de tecnología es más ligero, ya que la gente suele tener mentes más flexibles. Y aquí en la empresa, especialmente, las mujeres tenemos el mismo espacio y eso es muy satisfactorio”.

Priscilla dice que siempre ha trabajado en segmentos con un público predominantemente masculino, como las fábricas y los sectores de telecomunicaciones, energía y tecnología. “Durante mi carrera, especialmente al principio, cuando aún no estaba en una posición de liderazgo, era muy difícil que me tomaran en serio. Necesitaba afirmarme de una manera que los hombres nunca lograron. Tenía que haber un esfuerzo mayor para mostrar valor y luego ser respetado. Y cuando aún no ocupas una posición de liderazgo, se vuelve muy difícil tener ese espacio”.

Dice que una situación destacable fue cuando trabajaba en consultoríacazay el supervisor dirigió a un cliente a otro compañero de trabajo alegando que, como el cliente era ingeniero, prefería tratar con hombres, que son más prácticos y racionales. “Yo era joven en ese momento, estaba comenzando mi carrera y no tenía idea de lo grave que era, así que simplemente lo acepté”.

Un estudio de la Alianza Mundial de Tecnologías y Servicios de la Información (WITSA) reveló que una mayor participación de las mujeres en la industria tecnológica supondría un aumento anual de 9 billones de euros en el PIB mundial. Además, según el informe Mujer en Tecnología, existe un reconocimiento general por parte de las empresas de que se deben hacer esfuerzos para crear y mantener programas de talento femenino, tanto de atracción como de retención, ya que la representación de género en un entorno equitativo garantiza la diversidad de percepciones. capacidades y habilidades. De esta manera, hombres y mujeres pueden aportar su máximo potencial para crear soluciones innovadoras y mejorar procesos. El informe también concluye que, teniendo en cuenta que la tecnología es una parte fundamental de la sociedad, es importante que las mujeres tengan tanta influencia como los hombres en su evolución, mantenimiento y creación.

“El lugar de una mujer es donde ella quiera, así que trabaja en tu confianza en ti misma. Intenta siempre comprender y estudiar el mercado en el que operas, ya sea tecnológico o no. Recuerda que no hay nada que diferencie la habilidad femenina de la masculina y que todo es cuestión de oportunidades, así que sabes aprovechar la tuya”, concluye Priscilla.

Priscilla Arruda – Foto de Adom Vieira.

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