Cuando era niña, solíamos usar hojas de papel para enviarnos mensajes de texto, pero siempre eran compañeros de clase o de nuestro barrio. Al cabo de unos años, recuerdo cuando empezó la revolución de redes sociales y plataformas digitales para interactuar con otras personas en el mundo. En ese entonces sonaban plataformas como hi5, Skype y Messenger, se crearon desde los entornos digitales diversas situaciones de violencia que muchas veces por desconocimiento no se identificaban. En estos contextos es posible tener otras personalidades, crear perfiles imaginarios, compartir recursos en audio, video, texto e imagen, accediendo a información personal con mayor facilidad.
Estas experiencias me permiten aprender para poder enseñar a las niñas y a las mujeres la importancia de los datos y la información, así como ver la tecnología como una herramienta que permite acceder a aplicaciones de seguridad que integran la posibilidad de pedir ayuda, crear red e intercambiar vivencias a través de diversos medios, compartiendo alertas desde lo visual, auditivo e incluso kinestésico.
Reconociendo el reto de la conectividad en nuestro país se definen posibilidades para conocer, mitigar, evitar y disminuir las brechas de violencias basadas en género en territorios y zonas que presentan dificultades de accesibilidad digital, integrando líneas de ayuda, puntos de atención presencial, que requieren programas de formación que sensibilizan y facilitan aprender el manejo de plataformas, reconocer los tipos de violencias basadas en género, acompañar a otras personas que enfrentan situaciones que vulneran derechos. Adicionalmente, reconocer el antes, durante y después para generar procesos de resiliencia ante vivencias de violencia, ya que parte de los mayores retos que se generan están a nivel de la identificación de violencia, las decisiones por tomar y qué hacer posteriormente a estas situaciones.
El uso de la tecnología es la experiencia de consolidar ideas, recursos y redes que posibiliten crear espacios seguros.
Hace ocho años experimenté una situación de violencia que me permitió identificar los desafíos que enfrentamos al reconocer y tomar decisiones para cerrar estos ciclos. Por ello, la tecnología se ha convertido en mi oportunidad de compartir experiencias para motivar a mis estudiantes a crear una red de apoyo de color violeta, que permita consolidarnos desde un rol como prosumidores de soluciones que lleven a crear aplicaciones, software y herramientas que no solo sean de consulta de contenidos, sino para crear oportunidades para cambiar contextos de violencia a nivel familiar, personal, laboral y profesional.
La educación es el mecanismo para motivar a niñas y mujeres, donde el uso de la tecnología es la experiencia de consolidar ideas, recursos y redes que posibiliten crear espacios seguros para crecer personal, profesional y académicamente. Como mujer colombiana, en el área de tecnología tuve la oportunidad de inspirarme en seguir este camino por el reconocimiento y ejemplo de mi hermano Juan José, que desde muy niños me enseñó que el sector TI no tiene género, y que lo potenció mi profesor en la universidad, donde nos enseñó que la tecnología es la herramienta que posibilita crear soluciones para ayudar a los demás.
Hoy la brecha de género en la industria y el desempleo femenino se encuentra alrededor del 13,2 %, según datos de Forbes, lo que hace ver la importancia de consolidar redes de apoyo y comunidades para mujeres que lleven a resolver problemas del contexto desde los territorios. Por ello en el Mintic tenemos el programa Mujeres TIC para el Cambio, como parte de la ruta de formación en habilidades digitales que contribuyan al desarrollo social, científico, competitivo y productivo del país. Desde Minigualdad es importante conocer el Sistema Nacional de Registro, Atención, Seguimiento y Monitoreo de las Violencias Basadas en Género (Salvia), desarrollado como estrategia desde los datos para reportar, acompañar y definir mecanismos articulados entre entidades para acompañar las situaciones de violencia basadas en género.
Creo en este espacio como una oportunidad para extender mi apoyo como mujer, amiga y docente para encontrar alternativas para salir de círculos de violencia, que reconozcan que es posible cocrear metas, ideas y materializar nuestros sueños.
* Viceministra de Transformación Digital del Mintic
