LO QUE VI EN LOS GRAMMY 2024

Por Kátia Moraes

El negocio empezó un poco frenético. Para seguir el guión, Noah tuvo que decir todo rápidamente y me tomó un tiempo entender los chistes. Mi cerebro tarda un poco en calentar los motores. No trabajo como intérprete y tengo el mayor respeto por los chicos que pueden entender y traducir todo en inglés. Recuerdo cuando todavía estaba en Brasil y veía los Oscar y ahora entiendo perfectamente lo difícil que es traducir chistes y comentarios que necesitan una explicación previa para tener sentido.

Llovió todo el día en el centro de Los Ángeles, donde se encuentra el Estadio (o Arena) Crypto dot.com, que hasta 2021 se llamaba Staples Center. De hecho, uno de los fundadores del estadio es un brasileño llamado Rafael Melo que trabajó como gerente financiero de Embraer. Debido al aguacero, algunas llegaron tarde, como Meryl Streep y Taylor Swift. Me gusta esto de hablar entre mesas y meterme con los artistas que están ahí sentados. La improvisación hace que todo esté mucho más vivo. Y vivo, vivo y coleando estaba el Sr. Noah y la cantidad de mujeres que fueron nominadas este año.

Mi favorita de la nueva generación es Billie Eilish. Me encanta su discrepancia estética respecto al resto. Me quedo aquí preguntándome si algún día una mujer subirá al escenario en topless sin dar la excusa de que pisó la cola de su vestido. Como Gal Costa dándole un toque poético a la música de Cazuza. Tras la cariñosa presentación de Brandi Carlile apareció la gran reina de la composición: Joni Mitchell. Me encanta cuando se muestra respeto a las personas que allanaron el camino. Desafortunadamente la cámara no mostró mucho de esto en los rostros y cuerpos de otras personas. Los fans de Celine Dion, por ejemplo, vieron lo que yo también vi: Taylor Swift tomando el trofeo de las manos de Celine como quien no mira a los ojos al camarero cuando va a un restaurante.

Debo confesar que me sorprendió la presentación de Sza. Esa coreografía que pretendía cortarles el cuello a algunos hombres fue demasiado para mí. Como dijo un amigo mío: “No me habría sentido muy cómodo sentado en esas mesas de enfrente cuando empezaron ese baile con las espadas”. Creo que lo censurarían si lo hubiera hecho un hombre.

Pero me encantó el empoderamiento de la canción Flowers de Miley Cyrus: “Puedo comprarme flores, escribir mi nombre en la arena, hablar conmigo misma durante horas, decir cosas que no entiendes, puedo llevarme a bailar, y puedo tomar mi propia mano, sí. Puedo amarme mejor que tú”.

Ojalá podría mostrar a todos los ganadores de las 85 categorías durante la transmisión televisiva. Ni siquiera se vio a Michele Obama, quien ganó en la categoría de Mejor Audiolibro. Quién sabe, tal vez algún día lleguen allí. Vaya, amigo. Se invierte mucho dinero en la producción de este programa que debe ser compacto para caber en un determinado espacio de tiempo en el canal de televisión CBS y atraer al mayor número de espectadores. Y lo lograron. Desde 2020, el programa no se ha visto tanto. 30% de aumento. Como quería ver más de lo que me ofrecía la televisión, revisé YouTube y me alegré de saber que el argentino Cheche Alara era nuevamente el director musical del show preliminar. Y me encantó cuando la cantante Patty Austin comentó: «Quiero ver menos competencia y más colaboración».

Como brasileño, me hubiera gustado ver a Ivan Lins (a quien llaman Aivan Lins), Eliane Elias y Luciana Souza que compitieron en la categoría Mejor Álbum de Jazz Latino. Me hubiera gustado ver a la cantante estadounidense Gretchen Parlato, que ama y ha grabado mucha música brasileña (ya quien entrevisté en el Brazilian Heart Live aquí en Instagram) y que competía en la categoría Mejor Álbum Vocal de Jazz. Pero me alegré de que aparecieran en pantalla los nombres de Rita Lee y Astrud Gilberto.

Mi corazón también se escuchó cuando Stevie Wonder habló sobre Tony Bennet, cuando Tina Turner fue honrada, pero extrañé a alguien tocando una composición de Wayne Shorter para alegrar el corazón de mi amiga Carolina Shorter, quien fue la compañera de Wayne durante tantos años. Y para cerrar el acto, Annie Lennox pidió un alto el fuego al finalizar el homenaje que rindió a Sineád O’Connor y Harvey Mason Jr., representantes de la Academia, y comentó sobre las personas que murieron durante el festival de música en Israel.

El espectáculo es más que música, danza, amor, desencuentros, ti ti ti y política. El discurso de Tammy Hurt, directora del consejo directivo de los Grammy, lo dijo todo: “el espectáculo es un recordatorio de que cuando las palabras y la política fallan, nuestras melodías, ritmos y armonías intervienen y crean una resonancia emocional que trasciende barreras y toca profundamente. abajo en el alma colectiva. (…) Armonicemos juntos nuestro futuro”.

* Katia Moraes es una cantante, compositora y artista carioca. Es colaboradora desde hace mucho tiempo de la revista Soul Brasil y vive en Los Ángeles desde 1990. Para saber más sobre ella, visite: www.katiamoraes.com