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China, que durante décadas fue el país más poblado del mundo, ahora lucha contra la disminución de su población, que, de hecho, está envejeciendo. En mayo del año pasado, las Naciones Unidas declararon que la India se había convertido en la nación más poblada del mundo, con 1.450 millones de habitantes, frente a 1.430 millones de chinos. Ahora hay datos de la «Academia China de Investigación Social» (CASR) que avalan este fenómeno.
Según la entidad, en 2023 la población del país se redujo en 2,08 millones. En 2022, el saldo demográfico ya había sido negativo: una disminución de 850 mil personas en la población total. Las muertes no son responsables del cambio en la curva demográfica. La esperanza de vida en el país es la más alta de su historia. Lo que simplemente está sucediendo es que cada vez más chinos no quieren tener hijos.
Según cifras del CASR, en 2023 se produjeron «sólo» 9,02 millones de nacimientos. Es la cifra más baja registrada en los últimos 70 años de registros. Esto básicamente significa que hoy nacen menos niños en China que en años de hambruna severa (como entre 1959 y 1961) o durante períodos de guerra y ocupación extranjera.
El motivo del cambio de comportamiento no es difícil de explicar.
China se enriqueció, las mujeres empezaron a tener plena participación en el mercado laboral y las parejas empezaron a querer tener sólo uno o ningún hijo.
En comparación, esto es lo que viene sucediendo desde hace años en las regiones ricas del mundo, como el norte de Europa o Japón. La diferencia entre estos países y China es que el ingreso per cápita de los chinos sigue siendo relativamente bajo. Por eso los expertos hablan de acabar antes de tiempo con el bono demográfico.
Actualmente, hay 300 millones de chinos mayores de 60 años viviendo en el país o el equivalente a poco más del 20% de la población total. Hay un gran número de personas que, en poco tiempo, dejarán de ser aptas para el mercado laboral, sin que exista un número adecuado de jóvenes que las sustituyan.
La preocupación por la caída de la natalidad es tal que algunas provincias han anunciado una especie de «Bolsa Familia» valorada en mil yuanes mensuales (algo equivalente a 800 reales) para parejas jóvenes que tengan su segundo hijo. Todo un cambio para el país que, durante muchos años, impulsó la política del hijo único como forma de controlar el tamaño de su población.
Los cambios demográficos en China, en cualquier caso, refuerzan la estrategia del país de buscar liderazgo en industrias de alto valor agregado y alta tecnología.
No sorprende que las inversiones públicas y privadas de capital riesgo se concentren más en soluciones de inteligencia artificial, producción de semiconductores y la nueva industria automovilística de motorización eléctrica.
La búsqueda de tecnología es la única salida para que China acceda a cadenas de mayor valor agregado y escape del dilema de «envejecer antes de hacerse rico».
Opinión
Texto en el que el autor presenta y defiende sus ideas y opiniones, basándose en la interpretación de hechos y datos.
** Este texto no refleja necesariamente la opinión de UOL.
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