En la actualidad, la tecnología impacta no solo la vida de las personas, sino también la organización misma de la sociedad. Con su desarrollo exponencial y su diseminación en todos los órdenes de la existencia, no hay un solo ámbito que escape al dominio tecnológico. Al introducir mejoras en las condiciones de vida de las personas y contribuir a solucionar todo tipo de problemas, la tecnología hoy condiciona la política, la economía y la cultura en sus diversas manifestaciones.
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Sin embargo, esta omnipresencia de la tecnología y la velocidad de su evolución plantean desafíos tan inéditos como profundos en diversas esferas, entre ellas, por supuesto, el derecho, que debe confirmar o modificar normas en áreas donde los nuevos hallazgos y los métodos novedosos introducen transformaciones radicales.
Un claro ejemplo son las aplicaciones móviles: generan beneficios a sus desarrolladores, ofrecen entretenimiento o comodidad a los usuarios y proveen cientos de empleos —todo ello, loable y, además, legítimamente amparado por las leyes—, pero pueden afectar la privacidad, competir de manera desleal con sectores tradicionales o escabullirse por las grietas de los derechos de autor, entre otras consecuencias negativas. Y ahí es cuando emerge la necesidad urgente de crear marcos normativos flexibles, pero justos.
Las disputas legales que el auge de tales tecnologías desencadena en todo el mundo son solo la punta del iceberg porque, en el fondo, lo que está en juego es la democracia, cuyo cimiento es la tríada armónica de poderes: ¿qué sucede cuando, por citar solo un caso, dentro de su política pública de seguridad y defensa, el Poder Ejecutivo decide utilizar determinada tecnología de indiscutibles resultados, pero sobre la cual, no obstante, el Legislativo no ha legislado o el Judicial no ha resuelto las declaratorias de inconstitucionalidad?
El abordaje de la asimetría entre tecnología y derecho nos permitirá aprovechar el potencial innovador y transformador de la tecnología, salvaguardando de manera efectiva los derechos humanos.
En Colombia, los vacíos jurídicos sobre el uso de tecnologías pueden convertirse en abismos insondables. Si consideramos que el trámite de una ley puede tomar varias legislaturas y que, una vez sancionada, dicha ley puede ‘caerse’ por inexequible, es evidente que la creación de normas va a una velocidad muchísimo más lenta que el desarrollo de la tecnología que pretende regular, lo cual marca una asimetría aún más dramática cuando se trata de derechos humanos.
En efecto, la desinformación, la manipulación, los sesgos algorítmicos, la discriminación, los ataques cibernéticos, el robo de datos, la vigilancia masiva, la pérdida de privacidad y el uso de la inteligencia artificial con fines bélicos o delictivos son apenas algunos de los problemas sobre los cuales la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) exhorta a los gobiernos a establecer límites y regulaciones, con miras a asegurar que el uso de la tecnología no solo beneficie a toda la sociedad, sino que, además, garantice el respeto de los derechos.
Desde la Universidad Militar Nueva Granada, con los campos de acción «Investigación y transferencia tecnológica» y «Tecnologías de la información», expuestos en nuestro Plan Rectoral 2024-2028, insistimos con los estudiantes y los investigadores en la necesidad de reflexionar sobre las relaciones entre el derecho y la tecnología, en aras de contribuir a zanjar la asimetría que existe entre estos dos campos, siempre con la perspectiva de los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
Es imperativo no solo considerar los riesgos actuales, sino, además, anticipar las potenciales amenazas futuras derivadas del avance tecnológico. El abordaje de la asimetría entre tecnología y derecho —mediante un análisis interdisciplinario y una aproximación flexible y adaptativa a la regulación tecnológica, impulsada desde las universidades— nos permitirá aprovechar el potencial innovador y transformador de la tecnología, salvaguardando siempre y de manera efectiva los derechos humanos.
* Rector de la Universidad Militar Nueva Granada