José María Álvarez-Pallete pondrá fin en los próximos meses a su etapa como presidente de Telefónica. Nueve años en los que el primer ejecutivo y su equipo han trabajado para construir una compañía que esté preparada para competir durante otros cien años más en un mundo en el que los cambios se producen a cada vez mayor velocidad. El directivo deja una Telefónica más eficiente, más enfocada, más tecnológica y mucho menos endeudada, pero sin haber logrado remontar el valor de la acción pese al esfuerzo y las numerosas iniciativas adoptadas.
El todavía primer ejecutivo de Telefónica asumió la presidencia de la mayor operadora de telecomunicaciones en abril de 2016 tras cuatro años como consejero delegado de la compañía. Sustituyó en el cargo a César Aliertade quien había sido mano derecha en los últimos años y uno de sus principales valedores dentro de la compañía.
Álvarez-Pallete recibió de su predecesor una Telefónica con una importante presencia internacional (19 países) tras las inversiones realizadas en los años anteriores, sobre todo en América Latina. Pero también con un elevado nivel de endeudamiento cuya reducción se convirtió en uno de los primeros objetivos del entonces recién nombrado presidente.
Una fecha clave en la etapa de Álvarez-Pallete fue el 28 de noviembre de 2019. Ese día, acompañados de dos de sus personas de mayor confianza, el consejero delegado, Ángel Vilá, y la directora de Finanzas, Laura Abasolo, presentó un plan de acción con cinco decisiones estratégicas que sirviera como catalizador para la transformación del grupo.
La primera de ellas era poner el foco en cuatro mercados claves (España, Brasil, Reino Unido y Alemania) que por entonces representaban ya el 80% de los ingresos del grupo. En estos años, la compañía ha tomado decisiones relevantes en todos y cada uno de ellos.
Uno de los primeros desafíos a los que se tuvo que enfrentar fue al veto de la Comisión Europea a la venta de su filial en Reino Unido O2 a Hutchison al mes de asumir el cargo. Cuatro años después, y en plena pandemia de la Covid-19, Telefónica lograba un histórico acuerdo para fusionar O2 con Virgin Media (propiedad de Liberty Global) y reforzar su presencia en el país.
En Brasil compróen una operación conjunta con sus rivales TIM y Claro, parte de los activos móviles de Oi, operadora en proceso de liquidación. En el caso de Alemania destaca la decisión de recomprar la parte que no poseía de su filial Telefónica Deutschland y excluirla de bolsa.
América Latina
Otra de las decisiones incluidas en el plan de acción de 2019 era la creación de un escindir operativo de su negocio en Hispanoamérica. Su presencia en la región, que en el pasado llegó a ser el motor de crecimiento del grupo, había comenzado a lastrar las cuentas de la compañía por la volatilidad de estos mercados.
Álvarez-Pallete decidió crear una unidad específica, que operara de forma más independiente del resto del grupo y al frente de la cual puso a Laura Abasolo. Telefónica dejó entonces todas las opciones abiertas con el objetivo de modular su exposición a la región y mejorar el retorno del capital empleado.
El presidente ya había dado previamente algunos pasos en esta línea con la venta del negocio de Telefónica en Centroamérica en 2019. En estos años, se han implementado otras iniciativas como la creación de empresas de infraestructuras con varios socios, acuerdos de coinversión o la recién anunciada venta del negocio de Colombia.
Precisamente, poner en valor las infraestructuras ha sido otro de los pilares de la estrategia de Álvarez-Pallete. En enero de 2021, llegó a un acuerdo para la venta de su división de torres de telecomunicaciones en Europa (España y Alemania) y en Latinoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina) a American Tower por 7.700 millones de euros.
José María Alvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en la presentación del nuevo Espacio Movistar de Gran Vía (Madrid) el pasado mes de septiembre. Telefónica
Lo hizo a unos múltiplos récord y adelantándose a otros grandes operadores europeos, que posteriormente pusieron en marcha distintas iniciativas para monetizar sus infraestructuras de telefonía móvil.
En el que se refiere a la fibracampo en el que la operadora es un referente internacional, la Telefónica de Álvarez-Pallete ha impulsado distintos vehículos en varios mercados para intentar ampliar su huella geográfica de forma más rentable y lograr un mayor retorno de sus inversiones.
Tecnología
El avance tecnológico ha marcado también la etapa como presidente de Álvarez-Pallete. A nivel de negocio en 2019 impulsó la creación de una nueva filial, Telefónica Tech, para aglutinar todos sus negocios digitales. A día de hoy es una de las divisiones que más alegrías proporciona al grupo, con crecimientos de los ingresos a doble dígito.
Su apuesta decidida por la innovación y el desarrollo tecnológico han sido reconocidas con su elección como presidente de la GSMAla asociación que engloba a la industria de la tecnología móvil a nivel mundial y que se encarga de organizar el MWC de Barcelona, el mayor evento de la industria.
Bajo su mandato surgió también la iniciativa Open Gatewayde la que ya forman parte cerca de 70 operadoras y que busca aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las redes de telecomunicaciones convirtiéndolas en plataformas.
La tecnología también ha sido protagonista de muchas de sus intervenciones públicas. Álvarez-Pallete ha reiterado que no estamos en una era de cambio, sino «en un cambio de era». Y en este contexto ha reivindicado la importancia de una transformación con un enfoque humanista y social que no deje a nadie atrás. También ha advertido de los peligros de la desinformación y de los riesgos de dejar que se haga un mal uso de la tecnología.
Para esta nueva era, el presidente de Telefónica ha incidido constantemente en la necesidad de un cambio regulatorio que adapte la normativa a la realidad del siglo XXI y en la que todos los actores compitan con las mismas reglas del juego. Especialmente tras la irrupción de las grandes tecnológicas en mercados como el de las comunicaciones o el audiovisual, en competencia directa con las telecos o los grupos de televisión.
Pero al mismo tiempo que tanto desde sus cargos como presidente de Telefónica y de la GSMA promovía estos cambios legislativos y denuncia la situación de desequilibrioque ha sido reconocida en documentos como los informes elaborados por Mario Draghi o Enrico Letta, Álvarez-Pallete ha sido capaz de impulsar importantes alianzas empresariales con todos estos grupos.
Deuda y acción
Tanto el plan de acción de 2019 como su sucesor, la estrategia GPS (Crecimiento, Rentabilidad y Sostenibilidad por sus siglas en inglés)presentada en noviembre de 2023, tenían como objetivo hacer de Telefónica una compañía más eficiente y más rentable.
Y con este fin se han adoptado distintas medidas enfocadas a hacer más ágil la estructura de la empresa y aprovechar las sinergiascomo pueden los planes de salidas incentivas que se han implementado en estos años, siempre de acuerdo con los representantes de los trabajadores.
Uno de los focos de la Telefónica de Álvarez-Pallete ha sido la reducción de la deuda, especialmente durante sus primeros años como presidente. De hecho, ha sido capaz de reducir la deuda a casi la mitaddesde los alrededor de 53.000 millones de euros de 2016 a los algo más de 28.000 millones de euros que tenía a cierre de tercer trimestre de 2024.
Sin embargo, la principal mancha que quedará en el expediente de Álvarez-Pallete es la evolución de la acción de Telefónica. Las popularmente conocidas como ‘Matildes’ cotizaban a 9,88 euros el 29 de marzo de 2016 cuando se anunció su nombramiento como presidente. Este viernes cerraron en los 3,97 euros, lo que supone alrededor de un 60% menos.
Aunque en los últimos tiempos la acción de Telefónica se ha comportado mejor que la de sus homólogos, lo cierto es que las distintas medidas implementadas por Álvarez-Pallete no han logrado convencer a los inversores en un contexto que ha estado marcado por numerosas incertidumbres y que no sido favorable para la industria de las telecomunicaciones en Europa.
El primer ejecutivo abandonará la compañía poco meses después de que Telefónica haya concluido la celebración de su centenario. En la última junta de accionistas aseguró que una compañía no cumple 100 años si no sirve un propósito y no se reinventa cada vez que es necesario. Álvarez-Pallete ha trabajado en estos nueve años por impulsar esa la reinvención. En breve será otro presidente el que siga construyendo la Telefónica de los próximos 100.