Salud
El «efecto adictivo» del azúcar se ha relacionado con su dulzura y su valor nutricional, actuando sobre el cerebro a través de tres mecanismos clave: la palatabilidad, el valor calórico y una combinación de ambos
Por: Perla Rodríguez Contreras
Estados Unidos. Investigaciones recientes realizadas desde el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) han señalado una preocupante conexión entre el consumo elevado de azúcar y el daño crónico en el cerebro, lo que podría contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Según estos estudios de expertos, el exceso de azúcar afecta la salud cerebral y puede acelerar la aparición de trastornos cognitivos. Estos resultados de un minucioso análisis ha encendido las alertas.
Un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, citado por el LabDO, explica que el azúcar tiene la capacidad de liberar endorfinas en el cuerpo, lo que provoca un aumento repentino de energía. Esta rápida sensación de bienestar puede hacer que las personas asocien el consumo de azúcar con la obtención de energía, generando una dependencia similar a la que se observa con sustancias como las drogas.
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A diferencia de las adicciones a estas sustancias, la adicción al azúcar puede tratarse mediante cambios en la dieta, terapia y, en algunos casos, medicamentos.
No obstante, es crucial tener precaución al tratar la adicción al azúcar. Al igual que con las drogas o el alcohol, dejar de consumir azúcar de forma abrupta puede desencadenar síntomas adversos como antojos intensos de dulces, alteraciones en el estado de ánimo, ansiedad, fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y trastornos del sueño.
El “efecto adictivo” del azúcar se ha relacionado con su dulzura y su valor nutricional, actuando sobre el cerebro a través de tres mecanismos clave: la palatabilidad, el valor calórico y una combinación de ambos. Estos mecanismos afectan los centros de recompensa del cerebro, lo que hace que el consumo de azúcar sea aún más difícil de controlar.
En las últimas cinco décadas, el consumo de azúcar ha aumentado significativamente a nivel global, triplicándose en muchos lugares. En algunas regiones, las personas consumen más de 500 calorías diarias solo de azúcares añadidos, como el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa.
Fuente: Línea Directa