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El ratón: una tecnología que apenas ha cambiado en más de medio siglo

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La historia del mouse envuelve un hecho poco habitual en la escena tecnológica: es una tecnología que apenas ha cambiado en más de cinco décadas. En la primera demostración pública del ratón —celebrada hace exactamente 55 años— se exhibió con la forma de una caja de madera que cabía en una mano. Pero más allá de las diferencias de diseño, su esencia se mantuvo intacta. A las puertas de 2024, aún usamos el periférico sobre una superficie plana, para replicar movimientos en una pantalla y ejecutar acciones con clics.

Hasta ahora, ninguna tecnología ha destronado por completo al invento que emergió el 9 de diciembre de 1968, en una conferencia histórica de la que hablaremos más adelante. No lo lograron los paneles táctiles, eficientes aunque con limitaciones. Tampoco alguno de los ingenios que permiten controlar cursores sin intervención de las manos. El ratón ha evolucionado, pero es el mismo de siempre. Casi el mismo.

Naturalmente, cuando revisamos la historia del mouse encontramos saltos cualitativos. ¿Acaso una tecnología puede mantener su vigencia por más de 50 años, sin mejoras de ninguna índole? Sabemos que las líneas más rectas avanzaron hacia la ergonomía. Además, ahora los movimientos no se basan en ruedas o bolitas. En muchos casos, los cables dieron paso a la conveniencia del inalámbrico. Y aunque el artefacto ya no tiene una reajuste salarial para la conexión, seguimos llamándole ratón.

La “madre de todas las demostraciones”, piedra fundacional en la historia del mouse

Video de Youtube

Son 90 minutos marcados a fuego en el mundo de la informática. La presentación pública del ratón involucró, además, varios de los hábitos digitales que se mantiene en el siglo XXI. En el video —que puedes ver completo, en este enlace— el ingeniero estadounidense Douglas Engelbart emplea una interfaz con ventanas, enseña el funcionamiento del hipertexto, colabora en línea sobre un documento y escribe en un procesador de texto. Todo aquello, en el marco de una videollamada que requirió una gran infraestructura para la época, conectando a usuarios en remoto.

La “madre de todas las demostraciones”, tal como se lo cataloga, fue organizada por el Instituto de Ingenieros en Electricidad y Electrónica (IEEE) y la Asociación para la Maquinaria Computacional (ACM). En la escena tecnológica hay consenso respecto a la relevancia de aquel evento: en los lejanos 60’s, Engelbart guio a los casi 1.000 asistentes a la Conferencia Conjunta de Computación hacia una nueva era. En la ocasión, también uso el «Keyset», un dispositivo para ingresar comandos o texto con la mano izquierda, mientras la derecha se ocupaba de señalar y hacer clic con el mouse.

Según dijo Guillermo Ingléscolega de Engelbart y figura clave para este ingenio, en poco más de una hora se “definió la era de la informática moderna”. Esa ventana al futuro se abrió California, Estados Unidos. No es casual que pocos años más tarde, de esa misma geografía hayan emergido algunas de las compañías tecnológicas que lideraron la innovación en el sector, entre ellas Microsoft y Apple.

“Un lápiz pegado a un ladrillo”

El mouse que se mostró al mundo en 1968 tenía un funcionamiento muy parecido al de los ratones que se usan en la actualidad. (Crédito: DALL-E vía Microsoft Copilot)

La más temprana historia del mouse es la manifestación de un anhelo: abrir el acceso a las soluciones informáticas. El periférico es emblema de la accesibilidad. El ratón emergió inicialmente en 1964, cuando los avances del sector se restringían a organizaciones de gobierno y laboratorios universitarios. La idea había surgido durante la Segunda Guerra Mundial, cuando al usar un radar Engelbart vislumbró el futuro. Antes de la irrupción masiva de las computadoras hogareñas y de Internet, creyó que la tecnología debería ser más visual e intuitiva.

En este punto, hay que recordar que antes de los 70’s, los ordenadores no tenían pantallas. Lo que hizo el ingeniero, por entonces integrante de los equipos de investigación en la Universidad de Stanford, fue sentar las bases para lo que luego aprovecharían figuras como Steve Jobs y Bill Gates. El mencionado Instituto —ahora SRI International— solicitó la patente del ratoncito en 1967 y la recibió tres años más tarde. Revisar las imágenes en ese documento es simplemente imperdible.

Al profundizar en la historia del mouse, especialmente en sus orígenes, brota la mencionada intención de democratizar la tecnología, es decir, volverla más accesible. Las crónicas cuentan que en entrevistas de admisión, Engelbart pedía a los candidatos que escriban con un bolígrafo adherido a un ladrillo pesado. A continuación, notaba lo evidente: la dificultad de esa tarea, a la que comparaba con aquello que los usuarios se enfrentaban por entonces al sentarse frente a las antiguas computadoras. Así, el ratón fue pensado como un puente entre los humanos y las máquinas.

Cómo era el primer ratón

Así lucía el primer prototipo del mouse. (Crédito: Computer History Museum)

Para comenzar, su nombre no hacía referencia al roedor. En los libros que narran la historia del mouse se explica que en sus orígenes el periférico fue conocido como Indicador de posición XY para un sistema de visualización. El dispositivo tenía dos ruedas metálicas que servían para determinar la posición del cursor en la pantalla. La X y la Y en la denominación hacen referencia a los ejes horizontal y vertical, respectivamente.

Antes de aquel ejemplar, el equipo de ingenieros que dirigía Engelbart en Stanford había barajado otras alternativas para conseguir movimientos del cursor. Uno de ellos consistía en una gran bola colocada debajo del escritorio, que el usuario debía controlar con las rodillas.

En la celebérrima demostración vemos el primer modelo. Era un bloque con ángulos apenas redondeados y un cuerpo fabricado con madera del árbol secuoya. En el sector superior había un botón para las selecciones, esa tarea a la que ahora llamamos “clics”. El inventor recordó en una entrevista con Cableado: “Hicimos muchos experimentos para determinar cuántos botones debería tener. Probamos hasta cinco y nos decidimos por tres. Eso es todo lo que pudimos encajar”.

El primer mouse era rectangular, confeccionado en madera. (Crédito: dougengelbart.org)

Un dato de color: el primer mouse de la historia se encuentra en exhibición en el Instituto Smithsoniano, en Washington, Estados Unidos. Puedes recorrer virtualmente la muestra aquí.

La historia del mouse: Engelbart recibió más aplausos que dinero

Tal como notan en el sitio oficial de Douglas Engelbarten la década de 1970 el ratón se trasladó del laboratorio a Xerox PARC, y luego a Apple. En relación con esos movimientos, señalan que “es erróneo pensar que el mouse fue inventado por fotocopia«ya que creó sus modelos con posterioridad a la recordada demostración de 1968.

Por lo demás, el devenir del tiempo tuvo algunas injusticias con el ingeniero estadounidense. Aunque el nombre de Engelbart aparece en la mítica patente, los réditos económicos por el invento se los llevó SRI, que reconoció al padre del ratón con apenas 10.000 dólares.

Douglas Engelbart falleció en el año 2013.

A un lado del aspecto monetario, Engelbart—fallecido en 2013— sí tuvo reconocimientos con numerosos galardones. Recibió el Premio Memorial Yuri Rubinsky, el Premio Turing —considerado el «Nobel de la informática»—, la Medalla John von Neumann y la Medalla British Computer Society’s Lovelace. En el año 1997, el reputado Instituto Tecnológico de Massachusetts le entregó el Premio Lemelson-MIT. Por lo demás, en diciembre de 2008, en el 40° aniversario de “la madre de todas las demos”, recibió honores por parte del SRI en un encuentro en el que participaron miembros del equipo que creó el ratón, incluido English.

Las alternativas al mouse (que no consiguen destronarlo)

Ninguna de las alternativas al mouse ha logrado destronarlo por completo. (Crédito: DALL-E vía Microsoft Copilot)

“Aunque han surgido muchas innovaciones impresionantes para interactuar con las computadoras en los últimos 50 años desde su invención, el ratón sigue siendo hasta el día de hoy el dispositivo de señalización más eficiente para la velocidad y la precisión”, observan desde el Instituto Engelbart, dirigido por su hija Christina.

No faltan a la verdad. Con el paso de los años, algunos periféricos se postularon como reemplazantes del mouseaunque sin una adopción generalizada entre los usuarios. Uno de los “contrincantes” emerge de la firma Movimiento de saltoque ofrece un conjunto de programas informáticos y hardware para seguir el movimiento de las manos y replicarlo en las pantallas. Las diferentes versiones del producto nunca prendieron en el mercado. También se venden superficies (Almohadillas) que registran entradas. Tampoco consiguieron desplazar al periférico.

En la extensa historia del mouse, es posible que su despedida esté cerca. El avance de los entornos virtuales, la holografía y la inteligencia artificial, abriría nuevas formas de interactuar con los dispositivos y/o las plataformas digitales. Hay más: Neuralink, de Elon Muskpretende colocar chips en el cerebro humano para controlar interfaces sin más que el pensamiento. Solamente propuestas tan poderosas y disruptivas serán capaces de destronar al mouse, que sigue vigente —y casi sin cambios— a 55 años de su aparición en escena.

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