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Cronobiología y neurociencia en el fútbol olímpico: cómo afectan los horarios olímpicos al rendimiento y salud de los futbolistas

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Salud

Hoy se disputa la primera jornada de los Juegos Olímpicos de París 2024 y el deporte que inaugura las competiciones de esta XXXIII Olimpiada es el fútbol. Los horarios de los partidos son muy diferentes. Hay encuentros que se disputan a las 15.00 h., otros a las 17.00 h., algunos a las 19.00 h. e incluso hay partidos a las 21.00 h. La razón de esta disparidad de horarios está muy clara. Gracias a esta programación todos los partidos podrán emitirse por televisión sin solaparse, lo que permitirá al Comité Olímpico ingresar una gran suma de dinero por los derechos de las televisiones. Pero ¿afectan estos horarios al rendimiento deportivo y a la salud del futbolista? Sí.

Ilustración artística de un futbolista. Foto: Istock / Christian Pérez

La cronobiología es una rama de la biología que estudia los fenómenos periódicos o ritmos biológicos en los seres vivos. Esta disciplina científica estudia su organización temporal, sus alteraciones y los mecanismos implicados en su regulación. A lo largo del día nuestro organismo experimenta muchos cambios y estos pueden afectar significativamente al rendimiento y a la salud de las personas y, por tanto, de los deportistas. Por esta razón no es lo mismo para un futbolista jugar a las 15.00 h. que a las 21.00 h. Su cuerpo responde de distinta manera.

El primero de los horarios establecido para que se disputen partidos de fútbol en estos JJOO, las 15.00 h., no es beneficioso para el rendimiento deportivo del jugador. Su nivel de alerta es bajo, tiene una gran somnolencia y, además, su presión arterial es demasiado baja. A partir de las 17.00 h. (segunda franja horaria de la competición futbolística de estos JJOO) se eleva el estado de alerta y sobre las 19.00 h. (tercer turno futbolístico de estas Olimpiadas) la capacidad cardiovascular del deportista y su flexibilidad alcanzan los valores más altos. El pico de presión arterial se logra sobre las 19.30 h. y a las 20.15 h. reaccionamos de forma óptima ante un estímulo visual.

Ilustración artística de un reloj en un campo de fútbol. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

¿Y qué ocurre a la hora en la que se juega el último partido de fútbol de cada jornada olímpica? Nada bueno. A partir de las 21.00 h. el rendimiento deportivo disminuye muchísimo. Además, los futbolistas sufren una alteración de sus ciclos biológicos fruto de una alta exposición a la luz de los focos del campo. Estos partidos acaban sobre las 23.00 h. y a los futbolistas les cuesta muchísimo dormir ya que poseen una actividad cerebral muy alta tras el partido, su temperatura corporal es elevada y sus músculos están muy inflamados. Todo esto se traduce en pocas horas de descanso lo que afecta no solo a su rendimiento deportivo en el próximo partido sino también a su estado de salud.

A partir de las 21.00 h. el rendimiento deportivo disminuye muchísimo

Por todo lo expuesto el mejor horario de estos JJOO según la cronobiología para jugar al fútbol es las 19.00 h. ya que si juegas más temprano tu rendimiento deportivo es bajo y si juegas más tarde estas expuesto a sufrir graves problemas de salud.

¿Podrían los especialistas en cronobiología adaptar los ritmos biológicos de los jugadores a estos horarios modificando sus hábitos (horarios de entrenamiento, comidas y viajes) para que su rendimiento deportivo sea máximo y su salud no se vea resentida? No. En una competición tan corta donde cada selección juega sus partidos a distintas horas es prácticamente imposible.

¿Y a qué hora juega España su primer partido? A las 15.00 h. contra Uzbekistán. Como les he explicado este horario es horrible para el rendimiento del futbolista y, lo más curioso, es que, aunque los dos equipos se verán afectados negativamente desde el punto de vista de la cronobiología, a la selección española le viene peor que a Uzbekistán.

¿Por qué? Porque cualquier factor externo (horario del partido, viento, barro, terreno de juego en malas condiciones, etc.) que impida a los jugadores jugar a su máximo rendimiento tiende a igualar los partidos, lo que siempre beneficia al equipo teóricamente inferior… y, en el duelo España-Uzbekistán el equipo más débil es Uzbekistán.

Ilustración artística de jugadores de fútbol. Foto: Istock

Pasemos a otro tema que también relaciona la práctica del fútbol con la salud del deportista. ¿Puede causar el fútbol daños cerebrales? Desgraciadamente, sí. Según recientes estudios científicos, patologías como Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, epilepsia o migrañas pueden estar íntimamente relacionadas con el denominado “deporte rey” y la lista de jugadores que han sufrido alguna de estas enfermedades es cada vez más larga. Algunos ejemplos los tenemos en los futbolistas Bobby Charlton, Puskas, Alan Shearer, Tata Brown, ‘Pipo’ Rossi…

Estos estudios reflejan que algunos ex-futbolistas profesionales tienen cinco veces más posibilidades de morir por Alzheimer que la población no deportista, cuatro veces más por esclerosis lateral amiotrófica, tres veces y media más por demencia y el doble de probabilidades por Parkinson. Además, el consumo de fármacos indicados para combatir la demencia es cinco veces mayor en los exfutbolistas que en la población en general.

Algunos ex-futbolistas profesionales tienen cinco veces más posibilidades de morir por Alzheimer

Como imaginarán, la publicación de estos resultados impactó entre diferentes colectivos relacionados con el fútbol (jugadores profesionales y amateur, entrenadores, médicos, directivos, público…) pero no causó tanto revuelo en los seguidores de otros deportes como el boxeo y el fútbol americano donde su relación con las enfermedades neurodegenerativas es más conocida. De todas formas no hay que alarmarse pero sí seguir investigando sobre estas relación fútbol/neurociencia.

¿Y cuál es la causa de esta relación? Una enfermedad neurodegenerativa llamada Encefalopatía Traumática Crónica cuyos mayores síntomas son la depresión, pérdida de memoria, demencia y comportamiento suicida. Parece ser que la Encefalopatía Traumática Crónica tiene su origen en los continuos impactos (no demasiado fuertes, pero sí constantes) que algunas personas sufren en la cabeza. Como consecuencia de estos golpes, una proteína denominada Tau se deposita de forma anómala y se produce la muerte de células cerebrales.

¿Y qué relación puede tener la Encefalopatía Traumática Crónica con el fútbol? Varios estudios reflejan como el elevado número de veces que golpean los futbolistas el balón con su cabeza a lo largo de su carrera provoca la muerte de células cerebrales.

Un estudio llevado a cabo en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York concluye que los jugadores de soccer impactan el balón con la cabeza más de mil veces al año. Pues bien, en el mismo trabajo se puede leer que superados los ochocientos ochenta y cinco impactos el deterioro en el rendimiento cognitivo de los futbolistas es significativo.

Les pondré un ejemplo. El gran goleador ingles Alan Shearer marcó trescientos sesenta goles a lo largo de su carrera. De todos ellos, setenta y dos goles fueron con la cabeza. Pues bien, Alan Shearer afirmó que “por cada gol que anoté de cabeza marqué mil en los entrenamientos». Esa podría ser la razón de que Alan Shearer sufra actualmente severos daños cerebrales.

Para intentar atajar este problema son varias las medidas que ya se están tomando. Hay países donde se ha prohibido que los jugadores golpeen el balón con la cabeza en las categorías menores de 13 años. De esta forma se intenta que desarrollen correctamente las diferentes etapas del desarrollo cerebral.

Ilustración artística de un futbolista. Foto: iStock

Otra medida es colocar una especie de cascos de gomaespuma en los niños que empiezan a jugar al fútbol para amortiguar el impacto del balón sobre la cabeza. En el fútbol profesional la International Board obliga desde 2020 a los equipos a cambiar a aquellos jugadores que se sospeche que han sufrido una conmoción cerebral tras un golpe en la cabeza. Aunque el jugador diga que se encuentra bien, el entrenador tiene la obligación de relevarlo si el médico del club sospecha una posible lesión cerebral por pequeña que sea.

Estimados lectores de Muy Interesantetras leer este artículo entenderán que un servidor haga una recomendación tanto a las personas que diseñan los horarios de las pruebas olímpicas de fútbol como a las que pueden modificar las reglas del juego: el rendimiento, la salud y la seguridad del atleta deben anteponerse a los ingresos económicos que se obtengan de las televisiones y a la espectacularidad del deporte. Seamos sensatos.

Este artículo pertenece a la serie «Ciencia de los Juegos Olímpicos» — «Ciencia olímpica», de José Manuel López Nicolás

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