Aun cuando en Estados Unidos existe una regulación para la venta y consumo de vapeadoresse calcula que siete de cada 10 productos que están en el mercado son ilegalesmientras que en México, la prohibición de estos dispositivos provoca un peor escenario.
En el marco de la edición número ocho del Cumbre de cigarrillos electrónicos,que se llevó a cabo en Washington DC, Luis Pinto, vicepresidente de comunicaciones de Reynolds, esto significa que las personas que consumen vapeadores fuera de la regulación, no saben exactamente qué están vapeando, la cantidad de nicotina que ingresa a su organismo ni la calidad de los ingredientes que usa el dispositivo.
«Los estimados es que el mercado de vapor dentro de Estados Unidos es de más o menos 10 millones de dólares al año, es el estimado, hay más estimados, que el 70 por ciento de ese mercado es no regulado o es ilegal», explicó Pinto.
También se calcula que alrededor del 90 por ciento de estos productos irregulares llegan a la Unión Americana desde China.
La falta de regulación es un asunto de preocupación en la industria, ya que en Estados Unidos actualmente hay alrededor de 17 millones de personas que consumen vapeadores con regularidad, es decir, el doble que hace una década.
En México, pese a la demanda y consumo del producto, es imposible tener estadísticas fiables debido a la prohibición que existe y el limbo en que se comercializan los productos para vapear.
Activistas y empresas tabacaleras estiman que en el país hay alrededor de 2.5 millones de usuarios de vapeadores, cifra que también se ha duplicado desde el 2009. Sin embargo, se desconoce el valor total del mercado, por ejemplo.
«Creo que el escenario que tiene México de prohibición es el peor en el que podemos estar, porque el producto está ahí, se está vendiendo de manera irregular, detrás de esa irregularidad hay corrupción,inseguridad, contrabando y creo que los adultos que desean dejar de fumar merecen tener opciones y es ahí donde una regulación sensata, balanceada cabe perfecto», destacó Gastón Zambrano director de Asuntos Corporativos y Regulatorios para Latinoamérica Norte y Caribe de British American Tobacco.
Y es que en la actualidad, el gobierno mexicano prohíbe la importación, comercialización y distribución de los vaporizadores.
Sin embargo, se han promovido amparos que han permitido a empresas a distribuir y vender el producto de manera legal y en establecimientos específicos.
Esto ha provocado la proliferación de productos pirata y un mercado negro de vapeadores de mala calidad en calles y algunos establecimientos.
«Hay contrabando, malas prácticas, sin duda venta a menores de edad, el riesgo está ahí, es un llamado urgente a regular este tipo de productos», insistió.
Mercado negro
En los últimos 15 años, las autoridades de Estados Unidos únicamente han aprobado 46 productos de vapor a 23 marcas de más de 26 millones de solicitudes. Ninguno de los productos aprobados puede vender sabores que no sean tabaco o mentol.
En contraste, los vapeadores irregulares ofrecen distintos sabores, con marcas sugerentes y empaques coloridos que los hace más atractivos para otros mercados como los menores de edad.
«Los productos no son regulados, uno no sabe lo que está dentro de ese producto, no sabemos cuánta nicotina, uno puede tener más o menos, los ingredientes dentro del producto uno no sabe lo que son, ahí es cuando un vaporizador puede explotar porque usaron una batería más barata, el producto más barato y lo vendieron y saben que si algo pasa y alguien los demanda cambian el nombre y de oficina y no les les puede encontrar. La tercera parte es que los productos ilegales se les vende a los niños, a la gente joven, así que otra vez hay otra marca negra en la categoría», expresó Pinto.
En México pasa algo similar, pues en el país únicamente se pueden vender vapeadores en tiendas como Seven Eleven, Oxxo, Sanborns y Farmacias Benavides. El resto de establecimientos y productos que están en venta no son regulares.
El presidente de la organización «México y el mundo vapeando», Juan José Cirión, consideró que el mercado negro significa un muy mal escenario para el país porque pierde el control de lo que sucede en torno a los vapeadores.
«El primero es cero recaudación de impuestos, el segundo, no hay control del gobierno en cuanto al tipo de calidad que tienen los dispositivos, si no hay una regulación, los dispositivos están como están en el mercado, el tercero, no hay control por parte del gobierno de la información de quién vapea, cuánto vapea, cómo vapea y dónde compra, quién trae, quién lo vende, cómo lo vende, dónde lo vende, todo eso se pierde», destacó.
Según cifras de la Encuesta Nacional sobre Tabaco en Jóvenes de Estados Unidos, desde 2014, los vaporizadores son el producto de tabaco más consumido entre los jóvenes.
Este organismo señala que en 2023, uno de cada 10 estudiantes de secundaria (10 por ciento) informó haber consumido cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días. Y en este mismo año alrededor del 90 por ciento de los estudiantes de secundaria y preparatoria que usaron cigarrillos electrónicos informaron haberlos consumido con algún sabor.
¿Menos dañino?
Los científicos y médicos aún están investigando si vapear es menos dañino que fumar para la salud de los consumidores. Sin embargo, hay quienes aseguran que los primeros indicios son positivos, pues el vapear no significa ningún tipo de combustión.
Los expertos señalan que se debe esperar todavía al menos dos o tres décadas para estudiar a las generaciones de gente que nunca fumó pero sí vapeó.
«La evidencia y el consenso es que definitivamente tienen menos riesgo que un cigarro tradicional, un poco el debate es qué tanto menos, ahí es un poco más difícil porque no tenemos todavía la historia de gente usándolo por muchísimos años, el uso continuo y por mucho tiempo, no sabemos qué consecuencias pueda tener, pero la evidencia inicial es que definitivamente tiene mucho menos riesgo en particular porque se evita la fuente mayor de riesgo que es la combustión», explicó Rafael Meza, miembro del Instituto de Investigación contra el Cáncer de Columbia Británica
El especialista coincidió en que la falta de regulación en México pone en riesgo a los consumidores. Y dijo que al menos en Estados Unidos ya hay indicios de que las poblaciones jóvenes prefieren vapear que fumar.
Aún así, dejó en claro que lo mejor para la salud es no fumar ni vapear.
«Es realmente interesante al ver la disminución tan dramática en el consumo de cigarro tradicional con adolescentes y adultos jóvenes, que ha coincidido con el aumento de consumo de cigarro electrónico, uno no puede saber si es perfectamente consecuencia una cosa a la otra pero la similitud inversa volteada de los patrones está ahí», puntualizó.
HCE
