▲ Un tribunal colegiado resolvió que las empresas de Ricardo Salinas Pliego deben pagar 26 mil millones de pesos por adeudos fiscales.Foto María Luisa Severiano
S
horrendo
y muy enojada está la autodenominada oposición
–un grupo de choque, en realidad–, que –de la mano de las calificadoras
internacionales– se rasga las vestiduras por la elevada deuda de Petróleos Mexicanos –es decir, la misma que heredó el régimen neoliberal que ahora representa y defiende– y por la decisión de la Secretaría de Hacienda de otorgar créditos fiscales a la empresa productiva del Estado por el total de lo que ella adeuda, desde octubre pasado, por derechos de utilidad compartida y extracción de hidrocarburos (alrededor de 80 mil millones de pesos).
Los gritones que hoy reclaman por tal acción, que fortalece las finanzas de la principal empresa pública del país, son los mismos que años atrás justificaron todo y aplaudieron a rabiar cuando su gurú Ernesto Zedillo rescató
con dinero de la nación, a los banqueros privados e ilegalmente cargó la deuda a los mexicanos, quienes llevan casi 30 años pagando por los platos rotos de un banquete al que ni siquiera fueron invitados. Como siempre, doble discurso, doble moral, doble rasero. Y de las calificadoras
ni qué decir: pirañas profesionales que no desaprovechan oportunidad para chantajear y sacar raja.
Desde su creación, casi 86 años atrás, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha generado billones y billones de pesos al erario, los cuales –corrupción y derroche aparte– contribuyeron, y lo hacen, al crecimiento económico y el desarrollo del país. Y puede dejarse de lado que dos de los gurúes
del citado grupo de choque (Fox y Calderón) fueron los que mayor volumen de divisas captaron por los altos precios internacionales del crudo, recursos que fueron dilapidados por ese par. Y los hoy preocupadísimos
gritones de nada se quejaron, porque muchos de ellos también metieron las manos a las arcas de la ex paraestatal.
Pues bien, en la mañanera de ayer el presidente López Obrador documentó que en lo que va de su sexenio la deuda de Pemex se ha reducido 17.4 por ciento, proporción equivalente a 22 mil 500 millones de dólares respecto al monto heredado por Enrique Peña Nieto, es decir, el saldo pasó de 129 mil 300 millones en diciembre de 2018 a 106 mil 800 millones en septiembre de 2023.
No se puede dejar de lado que sólo en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto la deuda de Pemex se incrementó 91.9 por ciento, es decir, aumentó de 67 mil 400 millones de dólares en 2007 a 129 mil 300 millones en 2018, y los gritones de hoy guardaron sepulcral silencio, cuando el objetivo de ese par no fue otro –al igual que sus predecesores del periodo neoliberal– que asfixiar financieramente a la empresa productiva del Estado para facilitar su privatización.
El balance resulta aún peor si se considera a los seis gobiernos del periodo neoliberal. Como se ha documentado en este espacio, con base en la estadística histórica de Pemex, los pasivos de la empresa productiva del Estado se multiplicaron por mil 430 tantos entre diciembre de 1982 (Miguel de la Madrid) y noviembre de 2018 (Peña Nieto).
Esa misma estadística revela que al iniciar el gobierno de Miguel de la Madrid, Pemex reportaba pasivos totales por 2 mil 472.1 millones de pesos (de los nuevos, aunque esta figura monetaria inicio en enero de 1993, pero se aplica para dimensionar el fardo que dejaron en la ex paraestatal), y el último día de noviembre de 2018, con Enrique Peña Nieto de salida, sumaron 3 billones 534 mil 602.7 millones de pesos, un incremento de 143 mil por ciento en el periodo.
En el desglose, los pasivos de Pemex crecieron constantemente en los seis gobiernos neoliberales: con De la Madrid, 14 mil por ciento; Salinas de Gortari, 200; Zedillo, 700; Fox, 300; Calderón, 200 (ambos panistas con los precios más altos para el crudo mexicano de exportación), y Peña Nieto, 154 por ciento, quienes dejaron a la empresa cercana al sepulcro.
Entonces, ¿quién fue el encopetado cuan cínico personaje que culpó a los mexicanos de matar a la gallina de los huevos de oro
?
Las rebanadas del pastel
Rabioso está el barón de los abonos chiquitos, los intereses de agio y el ego monumental: Ricardo Salinas Pliego se queda sin el campo de golf en Huatulco que le concesionó el gobierno de Borolas (cuya vigencia venció el año pasado, y en breve pasará a formar parte del área natural protegida de la zona) y de pilón un tribunal colegiado resolvió que Grupo Salinas debe pagar 26 mil millones de pesos por adeudos fiscales, aunque el corporativo apeló. Qué lástima: el ministro Luis María Aguilar ya no lo pudo proteger.
Gorjeo: @cafevega