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Revolución de las vacunas contra el Covid: se replican con tecnología saRNA

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La noticia de la aprobación de un nueva vacuna anti-covid basados ​​en ARN puede que no parezca especialmente importante, pero estamos ante un verdadero punto de inflexión en la lucha contra el coronavirus. Las autoridades japonesas han dado luz verde al primer preparado que contiene información genética capaz de replicarse en el interior de las células. La primera vacuna ARNsa (autoamplificador, autorreplicantes) podrían allanar el camino para una nueva generación de fármacos capaces de combatir no sólo las infecciones virales, sino también el cáncer. Además, dada la eficacia en dosis bajas, podría ser una alternativa aún más segura a las ya clásicas vacunas de ARNm, con menos efectos secundarios para quienes se someten a la inyección.

Cómo funcionan las nuevas vacunas saRNA autoamplificadoras

La nueva vacuna se llama saRNA ARCT-154 y fue desarrollado por la californiana Arcturus Therapeutics y la australiana CSL, dos empresas biotecnológicas que podrían revolucionar el sector y el mundo de la ciencia. Durante más de 20 años, los investigadores han intentado hacer realidad los medicamentos. ARN autorreplicantes. Hoy se ha logrado este importante hito con excelentes resultados que emergen en las primeras pruebas clínicas.

Si todo va bien, los clásicos vacunas de ARNm Pronto serán sustituidos por una nueva tecnología, que es especialmente versátil. Los preparados actuales contra el Sars-Cov-2, responsable del Covid, contienen instrucciones genéticas que permiten a las células crear antígenos virales y estimular la respuesta del sistema inmunológico.

La tecnología saRNA, por otro lado, añade un paso más al proceso, permitiendo a las células fabricar la misma vacuna internamente, creando una especie de impresora biológica. En el caso de ARCT-54 sirve para replicar la proteína Spike que se encuentra en la superficie del virus, interactuando de una forma totalmente diferente con nuestro cuerpo y transmitiendo hasta tres veces más información genética.

Además de la secuencia genética viral, de hecho, se introduce en el organismo un segundo gen que codifica una ARN polimerasa, una enzima capaz de amplificar las propias moléculas de ARN. Dos secuencias de señales desencadenan la replicación, lo que resulta en amplificandolo que nos permite producir muchos más antígenos y durante mucho más tiempo.

El ARNm introducido por la antigua generación de vacunas, al ser particularmente inestable, permaneció en el organismo durante muy poco tiempo. De esta forma las células no sólo recibirán las instrucciones para replicar el ARN, sino que podrán reimprimirlas durante mucho tiempo.

Como ya se mencionó, de hecho, la preparación surte efecto con dosis realmente bajas, hasta una décima parte respecto a las vacunas Covid actualmente en circulación, y sin o con pocos refuerzos. Esto se traduce no sólo en un perfil de seguridad diferente, sino también en una increíble reducción de costes. Por lo tanto, es concebible que el efectos secundarios serán menos frecuentes y graves, y las plantas de producción podrán responder a posibles emergencias futuras con mayor rapidez y menor gasto.

Porque las vacunas saRNA nunca antes habían sido aprobadas

Pero si esta tecnología es tan conveniente, ¿por qué fue tan difícil inventarla? ¿Y por qué aún no ha sido aprobado a nivel mundial? A dosis incorrecta del ARN autorreplicante podría ser totalmente ineficaz, dado que el sistema inmunológico, si se estimula excesivamente, puede bloquear el propio proceso de copia. Fueron necesarios 20 años para encontrar el equilibrio adecuado y los numerosos fracasos desalentaron las inversiones en esta dirección.

La pandemia de COVID-19 Sin embargo, ha acelerado la investigación científica en este campo y hoy ARCT-154 ha sido aprobado por las autoridades de Japón. El siguiente paso será obtener luz verde también europa: podría llegar a principios de 2024.

Más de una docena de candidatas a vacunas saRNA se encuentran en pruebas clínicas. No se trata sólo de la prevención del Covid: los distintos preparados están diseñados para Fuego de San Antonioyoinfluenza e incluso terapias modernas contra cáncer. Esta particular tecnología también podría aplicarse en el futuro a medicamentos comunes, convirtiendo el cuerpo en una auténtica fábrica de proteínas con funciones curativas. En el mundo científico hoy hablamos de ARNcienciay no es casualidad: estamos ante un punto de inflexión trascendental para la medicina del futuro.

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