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Así afecta a la salud un planeta 2 grados más caliente

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ODS 3 | Salud y bienestar

Salud Las muertes por calor extremo crecerán un 370% y aparecerán enfermedades para las que el sistema sanitario no está preparado

Salud Hola desde el calor.

Hola desde el calor. Archivo

En los últimos meses, las páginas de los periódicos de todo el mundo se han llenado de cifras por muertes atribuibles al calor, de fallecimientos relacionados con la contaminación atmosférica o pérdidas humanas por fenómenos meteorológicos extremos.

El aumento de las temperaturas causa estragos en el organismo. Los pulmones y el corazón se ven sometidos a importantes sobreesfuerzos para mantener la presión en los vasos sanguíneos dilatados por una subida repentina de la temperatura. Si no se regula, la tensión arterial cae y puede colapsar el sistema circulatorio provocando fallos en órganos vitales y, finalmente, causando la muerte.

La temperatura media del planeta con respecto a la era preindustrial (1850-1900) está ya cercana a los 1,5 grados fijados en París. El año pasado, en 35 países europeos, fallecieron por causas relacionadas con las altas temperaturas más de 61.000 personas. «Si la temperatura media global sigue aumentando hasta un poco menos de 2°C, se prevé que las muertes anuales relacionadas con el calor aumentarán un 370% hacia mediados de siglo», advierte la doctora Marina Romanello, directora ejecutiva de Lancet Countdown en el University College de Londres (Reino Unido) en su último informe.

En la actualidad, con un calentamiento del planeta en los últimos diez años de 1,14 grados, ha elevado los días de olas de calor hasta las 86 jornadas al año. Una cifra que crece un 2.150% para el periodo 2080-2100 si se consigue limitar a 2 grados la temperatura media con respecto a la era preindustrial. Con esta proyección, el 48,7% del año, un total de 178 días, serán un peligro para la salud de los más vulnerables por las temperaturas extremas que habrá sobre la Tierra.

Sin embargo, las políticas actuales, según Naciones Unidas, apuntan a los 3 grados. En este escenario, las previsiones de Lancet Countdown apuntan a 357 de 365 días de calor extremo. «Será un planeta inhabitable», afirmó el pasado viernes Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas en la cumbre climática de Dubái.

Un reciente estudio publicado en Nature Communications apunta que la temperatura máxima crítica para el ser humano se sitúa entre los 40 y los 50 grados. No obstante, otro informe revela que se puede producir una insuficiencia cardíaca a temperaturas del aire tan bajas como 34 grados, incluso antes de que aumente la temperatura interna.

Enfermedades tropicales

Las nuevas condiciones climáticas del planeta están alterando el potencial de muchas enfermedades infecciosas. El dengue, el virus del Zika, la malaria o la enfermedad del chikungunya son virus de latitudes más tropicales, pero que en los últimos años están apareciendo más al norte gracias a una mejor supervivencia de uno de sus principales ‘medios de transporte’: el mosquito tigre.

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El Aedes albopictus, así es su nombre científico, ya no es una especie extraña en España. En los últimos años se ha instalado en muchas zonas del levante español. El cambio climático ha favorecido la expansión de este insecto, ya que las temperaturas más cálidas y los inviernos más suaves les permiten sobrevivir y reproducirse durante más tiempo. Las áreas urbanas y suburbanas, con abundancia de recipientes con agua estancada (como macetas, bidones o piscinas pequeñas), son sus lugares preferidos para criar. Con una picadura más molesta, estos insectos son capaces de transmitir enfermedades tropicales, aunque, por el momento, la transmisión local de estas ha sido muy limitada y en general se han relacionado con casos importados.

Sin embargo, el aumento de las temperaturas «podría incrementar su transmisión hasta un 32% en los próximos años», señala el reporte de The Lancet Countdown. Esto activaría las alertas sanitarias frente a unas enfermedades que se consideraban erradicadas y para las que los sistemas sanitarios de los países europeos no tienen protocolos de atención generalizados.

El peligro del mar

El calentamiento de la superficie marina también está alterando la vida dentro de los mares y de los océanos. Numerosas especies están muriendo por las altas temperaturas y otras se están desplazando en búsqueda de aguas más frías. Sumado a ello se está produciendo la propagación de bacterias del género Vibrio, que pueden ocasionar vibriosis y otras enfermedades graves.

Una situación que amenaza particularmente a los países costeros de Europa, donde el área de su litoral está adquiriendo las condiciones propicias para el desarrollo de esta bacteria, y su presencia no deja de aumentar, superando actualmente los 140 kilómetros por año, lo cual se podría traducir a corto y medio plazo en un aumento de hasta el 40% de afectados. Según los calculos de The Lancet, más de 1.400 millones de personas están en riesgo de padecer diarrea, infecciones severas, sepsis y otras dolencias graves.

«Se deben acelerar las estrategias de mitigación, y no solo de adaptación, en todos los sectores. Solo así lograremos que la magnitud de los peligros para nuestra salud no superen la capacidad de adaptación de los sistemas sanitarios», señala Stella Hartinger, directora del centro regional para Sudamérica de The Lancet Countdown.

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