En 1911, Juan Lee Fong llegó al puerto de Mazatlán, Sin. Mientras aprendía a hablar español adoptó el nombre de Juan y convirtió el Lee en Ley. En 1954, emigró a Culiacán, y allí instaló una tienda de abarrotes en el centro de la ciudad, a un costado del Mercado Garmendia llamada “Casa Ley” donde trabajaba con sus nueve hijos. Juan Manuel “El Chino” era el brazo derecho de su padre. Tenía mas responsabilidades que sus hermanos, porque era el mayor.
En marzo de 1969 al morir el patriarca Lee Fong, Juan Manuel asume la dirección del negocio familiar, que ya para ese entonces contaba con varias sucursales en distintas ciudades de Sinaloa. Aquellos tiempos donde el comercio era de tiendas y se hacia en el Centro había cambiado con la llegada de los supermercados.
A partir de ese momento de manera muy disciplinada durante todo un año Juan Manuel Lee López venía todos los fines de semana al IPADE en la Ciudad de México, para prepararse en los retos y dinámicas de las empresas familiares. Aprovechó las relaciones que le brindaba el IPADE para entrar en contacto con Consultores de Negocios y Especialistas en Abarrotes.
Al término del curso comenzó a planear y preparar el crecimiento del Grupo, para consolidar a Grupo Ley y convertirlo en una gran cadena de autoservicios. Supo hacer exitosas alianzas estratégicas, que sirvieron para la expansión de la cadena mexicana. ¡Se preparo!
Esta referencia nos ayuda para hacer un ejercicio de entendimiento del proceso electoral.
A poco más de siete meses de la elección del 2024, Xóchitl Gálvez sigue sin tener una propuesta, ni siquiera se le ve forma a una estrategia electoral. Tampoco vemos claridad de quienes van a ir por parte del Frente Amplio por México en las distintas posiciones que se juegan en esta elección. Mucho menos se percibe que se este construyendo la estructura que en una campaña de esta naturaleza debe irse articulando de abajo para arriba para poder sostener a la candidatura presidencial.
Mientras tanto, y a pesar de que los tiempos electorales por parte del INE no están claros ni en lo federal ni el lo local, los de Morena van adelantados. Bueno, malo ó regular, pero traen estrategia, mensaje y movilización. La lentitud y falta de contundencia de la oposición me parece que probablemente habría que apuntarla hacía lo que hemos venido señalando: el gran déficit de candidatos competitivos.
Sin embargo, no se trata de hacer a ciudadanos candidatos de la noche a la mañana. Hacer eso resulta muy irresponsable. Por que, como se les puede ocurrir que un ciudadano por el único hecho de serlo va a saber como impulsar el crecimiento económico del país o de una región, o atender un tema tan complejo y delicado como es el de la seguridad, o resolver un tema como el de la salud, o tener criterio para establecer como hacer la planeación urbana. Se requiere de capacidad y experiencia.
Pues cada uno de los campos es de alta especialidad, y la realidad es que en este momento no existe en el actual gobierno gente preparada para eso.
Esto no quiere decir que un ciudadano no pueda incursionar en política. Desde luego que los ciudadanos pueden y deben de participar. Es más, hay que darles la oportunidad. Pero se requiere de disciplina, de una preparación y un proceso de formación política previa. Gran parte de la crisis de los partidos es la raquítica formación de cuadros competitivos. No traen candidatos. La misma Xóchitl Gálvez es una invención producto de ese vacío.
Xóchitl, esta apuntada porque ningún partido tuvo el talento ni la visión de preparar, formar y traer candidatos competitivos serios. Su candidatura es resultado de una ocurrencia, ya que ni ella misma antes de la negativa del Presidente de la República a otorgarle el derecho de réplica, lo había pensado, y de la noche a la mañana anda ya montada en una candidatura presidencial para la cual todavía ni tiene escala, ni equipo, ni mensaje, ni estrategia ni nada.
Lo que evidentemente trae es una profunda desconfianza hacia todo el mundo, producto de la ignorancia, falta de entendimiento, experiencia y el desconocimiento político territorial en cada uno de los 68 mil distritos electorales, para ganar campañas de la magnitud que representa la elección del 2024.
Por supuesto que no es por falta de capacidad, al contrario, lo que falta es preparación y formación política no solo de los candidatos y candidatas, sino de los equipos que los rodean. Y mientras tanto estamos pasmados, esperando que ocurra un milagro. El gran problema es que nadie prepara a esos profesionales de la política que se requieren.
Ni en el gobierno, ni en los partidos políticos, ni sus candidatos. Basta ver como Andrés Manuel López Obrador quien afirma que solo se requiere de 90% lealtad y 10% de capacidad, tiene al país.
En una época se decía que la política era un oficio. Los políticos se preparaban junto a los grandes maestros de la política. Así sucedió con muchas generaciones. Sin embargo, cuando el país tomo una dimensión de la magnitud y complejidad que hoy tenemos, y a pesar de que la política es un asunto serio que requiere de profesionales, la realidad es que no hay escuelas para formar y preparar a esos profesionales de la política. No las hay.
En consecuencia no tenemos quien enfrente desde esa complejidad las elecciones. Todos vienen a intentar hacer lo mismo, que se hacia en el siglo pasado. Todos vienen a comprar votos, en lugar de entender al ciudadano. El mejor ejemplo de un comprador de votos se llama Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al poder para desplazar todos los modelos de compra de voto del PRI, para desde el gobierno pagar en efectivo o a través de tarjetas.
O sea ¿le importa a Andrés Manuel desarrollar la politica? No, no le importa. Lo que verdaderamente le importa son los votos. Por eso es que en este momento solo tenemos políticos en México que no conocen otra manera de conseguir el voto, a no ser comprándolo ó por la vía del Marketing Político y Publicitario.
¿Tenemos políticos en México que pongan en el corazón del tema político al ciudadano? No, no los hay. López Obrador dice que lo hace, pero la realidad es que miente, porque al igual que los demás no tiene analizada a la sociedad, por eso no la entiende. Andrés Manuel piensa y esta convencido de que este es un país de pobres y que él representa al pueblo, y él habla a nombre del pueblo. Eso no es verdad, es completamente falso. Porque este país en su mayoría es de clase media.
Pero debemos preguntarnos si: ¿ Los políticos son capaces entender esa complejidad, y esa heterogeneidad de la sociedad mexicana?, ¿si saben y entienden que es lo que requiere una mujer, que requiere un hombre, que requiere un estudiante, que requiere un profesionista, que requiere un científico? Por supuesto que no. Porque ninguno lo estudia.
Por eso la politica debe ser para profesionales, pero nuestros políticos “profesionales” no conocen a los ciudadanos, no los estudian y tampoco saben como conseguir auténticamente los votos. Tampoco lo saben, Alito Moreno, Marko Cortes, Jesús Zambrano, Dante Delgado, Mario Delgado, el niño Verde o Karen Castrejón, etc. Ninguno conoce la heterogeneidad de la sociedad mexicana. Porque a pesar de ser un tema de profesionales, nuestros políticos, son muy improvisados.
Por esa falta de profesionalización, los políticos en las últimas décadas no han tenido la capacidad para conducir a la sociedad mexicana hacia un futuro de progreso, seguridad y justicia. Por eso son eminentemente reactivos. Se mueven en la coyuntura, reaccionando contra y como se van presentando las circunstancias. Por lo tanto ninguno tiene entonces nada que proponer. ¿O que es lo que propone Andrés Manuel López Obrador, otra refinería y más trenecitos?
¿Que han propuesto para recuperar los destinos de México los dirigentes de los demás partidos? ¡Nada!, pero nada es nada.
Debemos reflexionar en la urgencia de formar políticos desde la ciudadanía y hacerlos evolucionar, y al igual qué existe una escuela de altos estudios de negocios como el IPADE, tiene que haber una escuela de altos estudios políticos. Donde quien aspire a gobernar, a hacer política o dedicarse a la política, por un lado aprenda a entender a la sociedad, a comunicarse con ella, a organizarla, a integrar proyectos para la sociedad, a convocarla y a conducirla.
Por otro lado (gobiernos), aprendan como generar valor y resultados en medio de una sociedad cambiante, dinámica, digital, interactiva, que requiere esquemas de participación. Porque México no es un país de un solo hombre.
La debilidad de Xóchitl Gálvez esta en que tampoco lo sabe. Porque no es una profesional de la política. Lo cual es complicado, porque hasta este momento ella es Xóchitl. Es “yo las gelatinas, los tamales, la violencia que viví”. Donde están los programas, los proyectos, la convocatoria, la organización, la conducción, por ningún lado se ve.
Por eso es que se desfonda tan rápido porque al día de hoy no puede sostener ningún dialogo y análisis acerca de los temas de importancia y trascendencia para los distintos segmentos de la sociedad. Su discurso y su mensaje deben cambiar. Tiene que trabajar políticamente con los partidos políticos, no mantenerlos al margen y mucho menos pretender alejarlos. Porque ahí es donde esta la gente que se moviliza en una elección .
Xóchitl Gálvez es sin regateo una gran profesional y experta de la Ingeniería, que de manera lateral ha jugado a la política. Pero de repente alguien le dijo que podía ser Presidente de la República y ella dijo ¿y porque no? Si Vicente Fox ya fue, si Andrés Manuel López Obrador también ya fue. Pero así nos ha ido con estos personajes a todos los mexicanos. Porque en esta enorme improvisación todo se vale.
Llevamos cuatro periodos en este siglo desperdiciados. El de Fox, donde las expectativas eran altísimas y nos costo muchísimo. Y ese capital político del PAN se tiro a la basura. Con Felipe Calderón el costo también fue alto porque tampoco sabía como entrarle. Con Enrique Peña a pesar de que suponíamos que se trataba de un profesional de la política, tampoco lo fue. Por último la administración de Andrés Manuel López Obrador nos ha costado a los mexicanos todavía más que los tres anteriores juntos.
Por eso los ciudadanos nos debemos preguntar: ¿Cuanto nos va a constar que Xóchitl Gálvez aprenda? ¿Va a hacer un gobierno con ciudadanos que tampoco saben? ¿Cuanto nos va a costar el siguiente experimento?
Porque como lo mencione anteriormente, llevamos lo que va del siglo XXI experimentando el rumbo del país y los destinos de los mexicanos. Ahí tenemos cuatro períodos de experimentación, y el país parado, sin crecimiento, la participación de la sociedad marginada, haciendo únicamente los caprichos de uno, de otro o del otro.
Analicemos de cara al futuro, como vamos a incorporar el profesionalismo en la elección del 2024, ante la incapacidad de los partidos para formar políticos profesionales. Ante la incapacidad de las propias organizaciones de la sociedad civil para prepararse. Ante la incapacidad del INE, porque no es su materia. Ante la incapacidad de la Academia para poder formar los cuadros que necesitamos, porque tampoco es tarea de los académicos.
El esfuerzo y la apertura tiene que venir de la propia sociedad y de los líderes mas lucidos, entendiendo qué hay que llenar el vacío. Mientras sigamos resolviendo con lo qué hay, sin tener una sociedad preparada para gobernarse el resultado seguirá siendo la llegada de personajes como Andrés Manuel López Obrador, que nos vendió espejitos y lo peor de todo es que se los compramos.
Lo que en este momento esta haciendo falta, es el esfuerzo de organizacion y visión de un grupo de mexicanos con una gran experiencia y capacidad de convocatoria política, preocupados por la falta de participación ciudadana, la apatía social, la crisis de los partidos políticos, el curso que están tomando los problemas nacionales, y el cada vez más bajo nivel de gobernanza que se vive en nuestro país en los tres órdenes de gobierno, dispuestos a formar a los ciudadanos para que ejerzan en el siglo XXI su responsabilidad, como ciudadanos, candidatos y gobernantes.
Que proporcionen servicios profesionales especializados de Consultoría, Formación Política y Gobernanza a los protagonistas del desarrollo político-administrativo en las diferentes instancias nacional, estatal y municipal, que puedan plantear procesos de innovación y mejora en la competitividad de todos los aspirantes y candidatos, y que tengan la capacidad de revisar y analizar los distintos escenarios. Que además propongan distintas maneras de incorporar a los ciudadanos y a la sociedad civil organizada y que articulen los procesos concurrentes.
¿Por que en el ámbito de los negocios si se puede y no se puede en el ámbito de la política?
Porque nadie lo ha tomado en serio, nadie se ha dado cuenta de que la gran debilidad del sistema político mexicano es que no cuenta con cuadros, con líderes y con una escuela de gobernanza. ¿Por que la seguridad sí se resuelve en otras partes del mundo y en México no? La respuesta es porque aquí no hay profesionales ni expertos a cargo de eso.
El país no crece porque tampoco hay profesionales a cargo del crecimiento económico, hay economistas, pero eso no quiere decir que haya profesionales con la experiencia para impulsar el crecimiento económico. Lo mismo sucede en el tema de la salud, porque no hay los liderazgos profesionales formados para construir los proyectos. Y así podemos decir en cada campo.
En conclusión, la política es para profesionales. Sin embargo hoy lo que tenemos en México es pura improvisación. Como podemos observar hacia la elección del 2024, se enciende un foco rojo. Otra vez vamos con lo mismo, con las mismas prácticas del siglo pasado.
…..y no es pregunta.
POR MARTHA GUTIÉRREZ
Directora de Capacitación y Consultoría del Instituto de Política y Gobernanza, A.C.
@MarthaGtz
MAAZ