Por Stephen Nellis y Max A. Cherney
(Reuters) – En un nuevo frente en la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, la administración del presidente estadounidense Joe Biden se enfrenta a la presión de algunos legisladores para impedir que las empresas estadounidenses trabajen en tecnología de chips disponible, gratuita y ampliamente utilizada en China, una medida que podría cambiar la forma en que el sector tecnológico global colabora a través de las fronteras.
El problema es RISC-V, una tecnología de código abierto que compite con la tecnología de la empresa británica de diseño de software y semiconductores Arm. RISC-V se puede utilizar como ingrediente esencial para cualquier cosa, desde el chip de un teléfono inteligente hasta procesadores avanzados para inteligencia artificial.