Salud
Un colectivo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y la Facultad de Veterinaria de la UAB analizaron hace varios años la salud de las personas que viven en zonas cercanas a puntos de extracción de petróleo.
En particular, la investigación (publicada en la revista Salud ambiental) se contextualiza en un gran proyecto científico desarrollado por el Ict-uab que analiza detalladamente los niveles de contaminación por petróleo existentes en una zona de la Amazonía peruana próxima a la frontera con Ecuador.
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Curiosamente, solo en esta zona habitada por sociedades quechua y achuar, había 1.100 kilómetros de ríos afectadosel 22% del total, y los estudios cartográficos realizados establecían que en la zona se vertieron el equivalente a 2,6 millones de barriles de petróleo.
Al parecer, esta área de selva amazónica fue declarada por el gobierno peruano en emergencia ambiental en 2003 y en emergencia sanitaria en 2013. Ahora bien, todavía no existen registros locales de morbilidad ni mortalidad.
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En concreto, esta exposición al petróleo y a las aguas de formación utilizadas en el proceso de extracción (ricas en metales pesados, hidrocarburos y otros elementos radioactivos) ocasionan problemas de salud neurológicos, hematológicos y síntomas irritativos en los habitantes.
Además, la quema de gas natural favorece la inhalación de compuestos orgánicos volátiles, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufreentre otros, algo que gran parte de los usuarios en las redes sociales (sobre todo ‘X’ -antes Twitter-) ya conocía.
«Es importante estudiar los efectos que la contaminación derivada del petróleo tiene en la gente que vive en zonas de extracción, ya que los tiempos y las vías de exposición son distintas», señaló Cristina O’Callaghan-GordoCientífico de Isglobal.