El creciente déficit de divisas de la balanza turística le pone presión al Gobierno. En diciembre, vence el Impuesto PAIS y los funcionarios deberán tomar una decisión sobre qué harán con el dólar tarjeta . Actualmente, esta cotización es la más cara del mercado y eso no logra evitar que la sangría se profundice mes a mes. Así, como contó este medio, el equipo económico analiza alternativas a implementar a partir del año próximo. Una de las ideas en estudio es aplicar un nuevo recargo para que no baje la cotización en términos nominales. “No está definido”, asegura por estas horas una alta fuente de la conducción económica en diálogo con Ámbito. “Aún falta tiempo”, insiste. Otro funcionario explica que la idea es estudiar las alternativas disponibles. El drenaje de divisas por esta vía le pone presión a la decisión. En agosto salieron del Banco Central por concepto Viajes y otros pagos con tarjeta u$s571 millones netos. En los últimos cuatro meses, la sangría ascendió a u$s2.290 millones, un salto considerable respecto de los primeros cuatro meses del año (apenas u$s1.055). El dólar tarjeta o turista refiere al precio para la compra de la moneda estadounidense con fines turísticos o destinada a pagar bienes adquiridos en el exterior o servicios de streaming, entre otros. Desde diciembre de 2023, ambas cotizaciones surgen de aplicar un recargo del 60% sobre el dólar minorista: 30% de impuesto PAIS y 30% de retención a cuenta de Ganancias. image.png Dólar tarjeta: los factores que presionan El billete minorista en el Banco Nación cerró este lunes a $990. Así, quien quiere comprarlo para atesoramiento o para pagar con pesos el resumen de la tarjeta debe abonar en realidad $1.584. Si la eliminación del Impuesto PAIS se realizara hoy y no mediara ningún otro cambio, la operación pasaría a costar $1.287 por dólar, es decir, bajaría cerca del 19%. Un abaratamiento de esa magnitud implicaría un estímulo adicional a la demanda de divisas para turismo en el exterior en sectores de la población con capacidad económica para viajar. Un incentivo que se sumaría a la apreciación cambiaria y que llegaría en plena temporada de vacaciones. Ante eso es que el Gobierno estudia alternativas. Más allá de que aún no está definido, una de las posibilidades que se analiza es aplicar un nuevo recargo del 30% (por ejemplo, podría eventualmente reimplantarse la retención a cuenta de Bienes Personales que rigió en años anteriores) que se sume a la percepción a cuenta de Ganancias y permita mantener el recargo total en el 60%. Claro está, cualquier decisión de este tipo guardará relación con la política cambiaria en general y cómo evolucionan las distintas regulaciones que forman parte del cepo. Hoy por hoy, buena parte de los consumos en el exterior no se canaliza vía dólar tarjeta. Como el MEP es significativamente más barato (cerró el martes a $1.215), muchos turistas pagan los resúmenes de sus tarjetas de crédito con dólares propios que fueron adquiridos previamente a través del mercado de capitales. Al provenir de la compraventa de bonos entre privados, esos dólares no salen de las reservas netas del BCRA. Este factor, sumado a la mega devaluación de diciembre, fue lo que hizo que en el comienzo de 2024 se redujera la sangría de divisas de las arcas del Central derivadas del déficit turístico, un problema estructural de la economía argentina durante los últimos años. No obstante, con el correr de los meses eso empezó a cambiar. La política de ancla cambiaria generó un progresivo encarecimiento de Argentina con relación al resto del mundo: se redujo la cantidad de turistas extranjeros que visitan el país y crecieron los viajes de argentinos al exterior. Y a pesar de la conveniencia de pagar con dólares propios comprados en el MEP el gasto con dólar tarjeta fue en ascenso. De continuar la política de atraso cambiario, las proyecciones del mercado es que ya de por sí exista una mayor salida de divisas por turismo y otros servicios adquiridos en el exterior. La consultora CP prevé un drenaje solo por la balanza turística de u$s6.100 millones en 2025, a lo que adiciona u$s500 millones por otros servicios. Es por eso que, en general, muchos analistas y operadores creen que, más allá de lo que ocurra con las restricciones cambiarias comerciales y financieras, el Gobierno deberá terminar de definir un mecanismo para evitar un abaratamiento del dólar tarjeta.
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Dólar tarjeta y el fin del Impuesto PAIS: las variantes que analiza el Gobierno ante la sangría de divisas
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