Salud
El agua con gas es una opción saludable para hidratarse con estilo, para evitar los refrescos y el alcohol cuando “tomamos algo”.
Publicado porRubén García
Periodista especializado en lifestyle y gastronomía
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El agua con gas, carbonatada o soda, como también se conoce a esta bebida, está de moda. Después de años en la sombra, solo rescatada por aquellos abuelos y abuelas que disfrutaban de esta bebida hasta para la comida, parece que repunta su consumo, lo cual es buena noticia, sobre todo si empieza a coger fuerza el agua con gas como alternativa saludable a refrescos y alcohol(aquí te explicamospor qué elegir agua con gas antes que un refresco) cuando salimos “a tomar algo” o vamos a la nevera de casa para hacer lo mismo.
Fue en 1767 cuando el químico británico Joseph Priestley descubrió cómo combinar agua con dióxido de carbono, un hallazgo casual, como tantos otros en la ciencia, que es el origen de lo que ahora conocemos como la bebida agua con gas o sodas, un producto que se empezó a comercializar muy poco después de su descubrimiento. De hecho, seguro te suena la marca Schweppes, que fue fundada allá por 1783 por el alemán Johann Jacob Schweppe. Ya ha llovido desde entonces… Como lees, el agua con gas tiene más de dos siglos de historia.
El agua con gas, que la puedes hacer de forma sostenible en casa, llegó a España a finales del siglo XIXcuando “se utilizaba en farmacias para tratar dolencias estomacales, pero rápidamente se popularizó y comenzó a producirse de manera industrial”, apuntan desde SodaStream. Desde entonces, esta bebida ha tenido cierta popularidad en algunos países europeos y en Estados Unidos. En este último país, por ejemplo, según refleja el The New York Times en el artículo ‘¿Agua con gas o sin gas?’las ventas del agua con gas en 2021 ya superaban los 4.000 millones de dólares. En países europeos también es habitual su consumo. Por ejemplo, según SodaStream, en Alemania se consumen 146 litros al año por persona.
En España, en cambio, y pese a contar con una conocida marca, Vichy Catalán —tan conocida que hay gente, sobre todo entre nuestros mayores, que pide el agua con más directamente con el nombre de la marca—, nunca ha terminado de despegar del todo su consumo aunque sea una opción saludable para hidratarse con estilo: bebes agua sin que lo parezca. Al menos, los datos sí hablan de un crecimiento moderadopor lo que podemos decir que está de moda o en auge.
En los últimos años, según el Informe del Consumo en Españael consumo de agua con gas supone supone alrededor del 3% del total del consumo de agua embotellada en el país. Sin embargo, podemos decir que está de moda porque hay un aumento que, si bien las cifras siguen siendo bajas, es considerable: de 1,91 litros por persona y año se ha pasado a 2,37 litros por persona y año de consumo de agua con gas en 2023, último año del que hay documentación.
Además de esta cuestión estética, del “postureo” que dirán alguno, hay otra gran ventaja de tomar agua con gas: puedes sustituir al alcohol y los refrescos, tónicas y demás bebidas azucaradas por una opción, el agua con gas, que no engorday que es saludable (salvo cuando prepares estos cócteles con agua con gas que vas a amar).
Sí, así lo dicen los expertos: el agua con gases saludable en líneas generales. Sobre todo, es rica en minerales: “Estas aguas también contienen otros minerales, como sodio, calcio, magnesio, cloro, nitrógeno, según el suelo del que procedan. En realidad, las múltiples composiciones posibles de aguas carbonatadas son similares al agua normal sin gas, solo que con CO2 disuelto«explica Rocío Mateo Gallego, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, en el artículo ‘¿Tan bueno es para la salud beber agua con gas?’. “Ese CO2 que aparece disuelto en el agua puede estar presente de manera natural en el manantial de donde brota, o bien se puede añadir en el proceso de embotellado. En cualquiera de los casos, debe hacerse constar en la etiqueta si el gas está naturalmente presente o si se ha añadido”puntualiza.
La ciencia avala los beneficios del consumo del agua con gas, una bebida saludable. Por ejemplo, en el estudio ‘Una intervención con agua mineral reduce los biomarcadores de riesgo cardiometabólico. Un ensayo cruzado, aleatorizado y controlado con dos aguas minerales en adultos con hipercolesterolemia moderada’investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) demostraron que el consumo habitual del agua mineral natural carbónica Vichy Catalán —medio litro al día—, la más conocida en España, “disminuye el riesgo de padecer enfermedades metabólicas crónicas (como diabetes, hipertensión, osteoporosis y obesidad)”.
Además, inciden en que también ayuda a reducir la acidez de estómago durante la digestión, e incluso mejora el metabolismo de los lípidos y ayuda a reducir los niveles de glucosa. Los investigadores, del estudio, que se prolongó durante tres años con 64 voluntarios, concluyen que “el consumo de Vichy Catalán favorece la excreción urinaria de sodio y el control de la presión arterial, de forma que este agua mineral natural se puede recomendar como parte de una dieta cardiosaludable”afirma la doctora Vaquero.
Además de no contener azúcar —no cunfundir agua con gas y tónica—, del agua con gas destaca su gran capacidad de hidratación y control de la sedque son virtudes de su hermana mayor, el agua natural. Ambas, además, para darles un toque con estilo, se pueden acompañar con alguna rodaja de una fruta cítrica y convertirlas así es una especie de refresco estiloso y 100% saludable.
Sofía Pérez-Calahorra, enfermera, nutricionista y profesora en la Universidad de Zaragoza, explica para la Academia Española de Nutrición y Dietética, señala la única gran diferencia entre el agua con gas y el agua natural, ambos productos saludables: produce una ligera sensación de hormigueo y una leve anestesia de la lengua. “Esto se debe a que el CO2 presente, se transforma en ácido carbónico por la anhidrasa carbónica, enzima presente en todas células del organismo para catalizar el CO2 en el organismo”explica la especialista.
La otra diferencia es que hay casos concretos en los que el agua con gas debe tomarse con más precaución. El motivo es, precisamente, el gas, que “estimula la liberación de ácido clorhídrico y disminuye el tono del esfínter esofágico en los primeros minutos tras su ingesta”según la Academia Española de Nutrición y Dietética, que pide que se consuma con precaución por quienes sufran, por ejemplo, reflujo gastroesofágico.
Es verdad, así lo sabrás si tomas agua con gas de forma habitual, que el agua con gas puede producir un hinchazón abdominal que te resultará familiar si tomas o tomabas refrescos. Esto no ocurre si tomas agua natural. Pero no es grave, solo incómoda, de ahí que insistan los expertos en que, salvo casos concretos como los citados, la bebida ideal para hidratarse con estilo es saludable.