Los gobiernos de BrasilMéxico y Colombia llamaron este jueves a las autoridades electorales de Venezuela a publicar de forma «expedita» los datos «desglosados por mesa de votación» de las elecciones del domingo, en las que el Consejo Nacional Electoral dio como ganador al actual presidente Nicolás Maduro, lo que despertó fuertes críticas en todo el mundo.
Los tres países, liderados por presidentes progresistas, señalaron en un comunicado conjunto que las controversias electorales deben dirimirse por la vía «institucional» y que el principio de la soberanía popular debe ser respetado mediante la «verificación imparcial de los resultados».
Al mismo tiempo, los gobiernos llamaron a los actores políticos a actuar con «la máxima cautela y contención» durante las protestas para evitar «una escalada de episodios violentos», después de que se reportaran al menos 11 muertos y cientos de detenidos. «Mantener la paz social y proteger las vidas humanas deben ser las preocupaciones prioritarias en este momento», reza el comunicado conjunto.
Por otra parte, los Ejecutivos reiteraron su «absoluto respeto» por la soberanía de la voluntad popular en Venezuelaasí como su disposición para ayudar en los esfuerzos de «diálogo y búsqueda de acuerdos».
El CNE venezolano declaró ganador a Nicolás Maduro con el 80 % de las actas escrutadas, frente al opositor Edmundo González Urrutia, en un resultado que fue ampliamente rechazado por la oposición y por parte de la comunidad internacional.
Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Gustavo Petro, de Colombia; y Andrés Manuel López Obrador, de México, han evitado reconocer los resultados sin por ello cortar los puentes con la Administración de Maduro.
Los tres líderes se abstuvieron o evitaron participar en la votación de una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que pedía, entre otras cosas, la publicación inmediata de las actas de cada centro electoral.
El Gobierno de Maduro ya ha expulsado a diplomáticos de varios países de la región, entre ellos Argentina y Chile, cuyo líder, el también progresista Gabriel Boric, ha cuestionado abiertamente la validez de los resultados.