Tras dejar un rastro de destrucción en el Caribe y al menos nueve muertos, el huracán Beryl se debilitó el jueves mientras avanzaba sobre el mar en dirección a la península de Yucatán, en México, pero posteriormente se intensificó a la categoría 3 a medida que se acercaba a la costa mexicana.
Beryl ya se había convertido en la tormenta que más temprano alcanzó la categoría 5 en una temporada del Atlántico.
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Jack Beven, especialista del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés), dijo que “la amenaza inmediata más grande ahora que la tormenta se está alejando de las Islas Caimán es que tocará tierra firme en la península de Yucatán”.
El jueves por la noche, el ojo del huracán se encontraba a unos 260 kilómetros al este-sureste de la localidad mexicana de Tulum. Tenía vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora y se desplazaba al oeste-noroeste a unos 26 km/h.
Se prevé que Beryl genere fuertes lluvias y vientos en la costa de México en el Caribe, antes de cruzar Yucatán previsiblemente más debilitado para luego fortalecerse en el Golfo de México y volver a tocar tierra, ahora en el noreste de México.
A medida que el viento comenzó a soplar sobre las playas de arena blanca de Tulum, cuatrimotos con megáfonos se desplazaban por la arena diciéndole a la gente que se fuera. Algunos turistas tomaban fotos del creciente oleaje, pero en gran medida partieron, ya que se prevé que Beryl toque tierra al sur de Tulum el viernes en la madrugada.
Arrasando a su paso
En los últimos días, Beryl provocó distintos daños al 95% de las viviendas en un par de islas en San Vicente y las Granadinas, además de impactar con gran potencia destructiva en Barbados y Jamaica antes de pasar por las Islas Caimán el jueves temprano.
La popular costa de México en el Caribe preparó refugios, evacuó algunas pequeñas comunidades costeras remotas e incluso retiró huevos de tortuga de playas amenazadas por la marejada generada por la tormenta.
En la localidad de Playa del Carmen, la mayoría de los negocios estuvieron cerrados el jueves, y algunos de ellos tapiaban sus ventanas mientras los turistas hacían ejercicio y algunos residentes locales paseaban a sus perros bajo el cielo soleado. En Tulum, las autoridades ordenaron el cierre de negocios y evacuaron los hoteles ubicados junto al mar.
Francisco Bencomo, gerente del Hotel Umi en Tulum, dijo que todos los huéspedes se habían ido. “Con las condiciones que se esperan estamos resguardados completamente”, comentó, y añadió que no tienen planeado que los huéspedes regresen antes del 10 de julio.
Los turistas también tomaron precauciones. Lara Marsters, de 54 años, una terapeuta de Boise, Idaho, comentó: “Esta mañana nos despertamos y terminamos de llenar todas nuestras botellas de agua vacías con agua de la canilla y la pusimos en el congelador, así que tendremos agua para el inodoro”.
“Es de esperarse que se corte la luz. Vamos a atrincherarnos y mantenernos a salvo”, añadió.
Myriam Setra, una turista de 34 años de Dallas, Texas, comía un sándwich en la playa. “Imaginé que hoy tendríamos los últimos rayos del sol. Y luego sólo habrá que agazaparse y permanecer a puerta cerrada hasta que pase”, indicó.
Daños en Jamaica
El peor daño causado por Beryl parecía haber quedado atrás. Su ojo rozó la costa sur de Jamaica el miércoles por la tarde, dejando postes telefónicos y árboles bloqueando el paso en las calles de la capital, Kingston.
Las autoridades confirmaron que un joven murió el miércoles tras ser arrastrado a un drenaje de aguas pluviales cuando trataba de recuperar una pelota. Una mujer también falleció luego de que una casa se desplomó sobre ella.
Los residentes aprovecharon una pausa en la lluvia para comenzar a retirar los escombros. Aproximadamente el 60% de la isla seguía sin electricidad, además de padecer falta de agua y una limitación en las telecomunicaciones. Funcionarios del gobierno estaban evaluando los daños, en una tarea complicada.
Unas 1.432 personas seguían en refugios en Jamaica. La directora de la Organización Nacional de Manejo de Emergencias en San Vicente y las Granadinas, Michelle Forbes, dijo que aproximadamente el 95% de las viviendas en las islas de Mayreau y Unión habían resultado dañadas por el huracán.
