UN día después de que el Tribunal de Apelaciones determinara que la decisión del Gobierno de implementar la Autoridad de Ingresos de Trinidad y Tobago (TTRA) no era inconstitucional, los abogados de la Asociación de Servicios Públicos (PSA) presentaron un aviso de apelación.
Los abogados, encabezados por el ex fiscal general Anand Ramlogan, Carolina del Sur, presentaron ayer la notificación solicitando permiso del Tribunal de Apelaciones para llevar su lucha al Consejo Privado de Londres, Inglaterra.
También buscan una orden provisional del tribunal que impida al Gobierno avanzar con la implementación y puesta en funcionamiento de la TTRA, en espera del resultado de la apelación ante el Privy Council.
El martes, un panel de tres jueces integrado por los jueces Nolan Bereaux, Charmaine Pemberton y Mira Dean-Armorer, desestimó por unanimidad una impugnación legal a la TTRA presentada por la PSA y su representante, la funcionaria de aduanas Terrisa Dhoray. Esa impugnación iba contra una decisión anterior del juez del Tribunal Superior Westmin James, quien también había determinado en febrero que la implementación de la TTRA no era ilegal.
En su notificación, los abogados pidieron que el Tribunal de Apelaciones les diera permiso para presentar una petición al tribunal superior, afirmando que el asunto era de importancia constitucional y nacional.
“Existe una grave amenaza al Estado de derecho si la TTRA se pone en marcha y se aplica en violación de la Constitución, que es la ley suprema. El tribunal es el guardián de la Constitución, que es la ley suprema y tiene el deber de intervenir para proteger los derechos constitucionales de los funcionarios públicos agraviados. La reclamación plantea cuestiones graves que son de fundamental importancia constitucional y pública y el apelante ha planteado un sólido caso prima facie que justifica la concesión de una orden provisional que suspende la implementación y/o funcionamiento de la sección 18 de la Ley de la Autoridad Tributaria de Trinidad y Tobago. 2021 (Ley 17 de 2021) en espera de la audiencia y determinación de esta apelación ante el Comité Judicial del Privy Council”, señala el reclamo.
Continuó agregando que las cuestiones planteadas afectan a todos los funcionarios de la Junta de Impuestos Internos (BIR) y de la División de Aduanas e Impuestos Especiales (CED) y sufrirán daños y perjuicios irreparables.
“La indemnización por daños y perjuicios no es un remedio adecuado. El impacto en sus carreras es incuantificable e irreversible, ya que implica una pérdida de pensiones y beneficios de jubilación, pérdida de nombramientos de actuación, ascensos y una tremenda ansiedad, angustia e inconvenientes”, afirma el aviso.
El propósito de la TTRA es reemplazar tanto al CED como al BIR.
Ramlogan y su equipo de abogados junior sostienen que secciones de la Ley TTRA son inconstitucionales ya que buscan interferir con los términos y condiciones de empleo de los servidores públicos actualmente asignados al BIR y al CED. Sugirieron que, según la legislación, la implementación de la TTRA podría resultar en interferencia política y control sobre los empleados que anteriormente estaban protegidos por la Constitución para que desempeñaran sus funciones de manera profesional e independiente.
Implicaciones constitucionales
En el fallo del martes, el panel del Tribunal de Apelaciones estuvo de acuerdo con el juez James en que la evaluación y la recaudación de impuestos deben tratarse por separado de la ejecución y sostuvo que «en la vida real, la ejecución está separada de las etapas anteriores».
Al igual que el juez James, el panel también sostuvo que no había violación de la doctrina de la separación de poderes.
En su notificación de apelación, los abogados dijeron que si el tribunal no concedía una suspensión provisional y luego el Consejo Privado determina que la TTRA es inconstitucional, podría tener graves implicaciones constitucionales y ramificaciones legales.
“La TTRA ha estado en trámite durante más de una década y, por lo tanto, no existe un riesgo real de perjuicio si se protege y preserva el status quo en espera de la audiencia y determinación de la apelación ante el Consejo Privado. La evidencia del prejuicio tiene sus raíces en la pérdida anticipada de ingresos que se espera que traerá la TTRA.
Sin embargo, el propio experto del encuestado, el profesor Moore, explicó que los datos empíricos han revelado que la implementación de tales entidades en realidad no ha dado lugar a ningún aumento de los ingresos.
“Si no se concede ninguna medida cautelar, el Estado pondrá en pleno funcionamiento la TTRA en gran detrimento de los empleados de la BIR y la CED. Si finalmente la recurrente prospera en su demanda, se trataría de un gasto inútil en una causa perdida, ya que se trataría de la creación de una entidad ilegal e inconstitucional”, afirmaron los abogados.