EN REGLA
REFORMA ELECTORAL:
EL PODER
ATRINCHERADO.
Las reglas que rigen los procesos y el sistema electoral no son neutras, sino determinantes de los resultados. Cuando un partido político o coalición obtiene más del 61% de los representantes en una de las cámaras del congreso, y más del 53% en la otra, con sólo el 43% de los votos, se pone de manifiesto que la integración de los poderes públicos no surge automáticamente del voto. La forma como los votos son procesados y tamizados mediante mecanismos más o menos complejos que los traducen en posiciones de gobierno o representación es un elemento crucial de todo sistema electoral.
El impacto de las reglas sobre los procesos y los resultados hace de su determinación un terreno en disputa. En México, desde fines de la década de los setenta del siglo pasado arrancó un proceso de transición a la democracia construido a partir de la interacción plural de ciudadanos, gobierno y partidos políticos. La transición fue posible gracias a la creación de instituciones confiables y un progresivo cambio de reglas para garantizar la integridad de los resultados y construir un sistema más representativo de la pluralidad democrática.
El sistema que hemos construido ha arrojado alternancia en tres de las últimas cinco elecciones presidenciales. Hoy la integración de las cámaras del congreso no sólo refleja de manera muy aproximada la proporción de votos obtenida por cada partido político o coalición en las elecciones más recientes, sino que las integra de manera paritaria entre respecto de la diversidad y pluralidad de modos de pensar y de vivir. El ejercicio del derecho al voto libre se encuentra ampliamente garantizado y cuenta con mecanismos de protección que satisfacen exigentes estándares internacionales.