En el vasto y siempre cambiante paisaje de la participación ciudadana y la innovación tecnológica emerge un fenómeno que desafía las convenciones establecidas y redefine el poder de la ciudadanía en la esfera pública. En este gran escenario, Movilizatorio, un laboratorio de innovación social dirigido por tres mujeres emprendedoras, nace en 2016 por la necesidad de movilizar el poder ciudadano en búsqueda de un mundo social y ambientalmente equitativo, y concibe este fenómeno llamado El Avispero, una mezcla virtuosa de activismo ciudadano y tecnología de vanguardia que está forjando un nuevo paradigma en la dinámica sociopolítica del país.
En el núcleo de esta revolución radica una premisa fundamental: la sinergia entre la voluntad colectiva de la ciudadanía y el potencial ilimitado de la tecnología para facilitar la acción y la movilización. Abarcando múltiples causas, en El Avispero se promueve la inclusión y la equidad de género, otorgando un papel relevante a las voces de liderazgo femenino, y donde la alianza con la tecnología se convierte en un motor de cambio social y empoderamiento para abogar por sus intereses y exigir responsabilidad a las estructuras de poder establecidas. Entonces movilizaciones como el 8M o el 25N se convierten en parte de la rutina diaria, y el uso de un lenguaje inclusivo se integra como una expresión empática constante.
El impacto más profundo reside en su capacidad para inspirar y movilizar a una ciudadanía apática y desilusionada, reavivando el espíritu de participación cívica.
Sin embargo, este camino hacia la transformación no ha estado exento de desafíos. La resistencia de algunos gobiernos ha planteado obstáculos significativos, mientras que la brecha tecnológica, exacerbada por los altos costos en dólares, ha destacado la necesidad urgente de democratizar el acceso a la tecnología en Colombia. Además, las donaciones limitadas han evidenciado la fragilidad financiera de estas iniciativas, subrayando la importancia de asegurar recursos sostenibles para garantizar su continuidad y efectividad a largo plazo.
A pesar de estos contratiempos, los logros han sido impresionantes. Desde la capacitación de más de 1.300 jóvenes en liderazgo y movilización hasta la articulación de agendas ciudadanas con propuestas concretas para influir en las políticas públicas, la plataforma ha demostrado su capacidad para catalizar un cambio tangible y significativo en la sociedad colombiana, reivindicar la fuerza joven y darles la voz a liderazgos femeninos en el poder de la sociedad civil.
Pero más allá de los logros individuales, el impacto más profundo reside en su capacidad para inspirar y movilizar a una ciudadanía apática y desilusionada, reavivando el espíritu de participación cívica y la creencia en el poder del individuo para hacer una diferencia. En un momento de incertidumbre política y división social, El Avispero ofrece un rayo de aliento y un camino hacia un futuro más inclusivo en la resignificación del lugar de los jóvenes y mujeres ante quienes estigmatizan su rol, especialmente por su liderazgo y denuncias en las recientes movilizaciones sociales en Colombia. Muestra de esto, y puntualmente hablando del empoderamiento de las mujeres y su rol, se realizó un macromural junto con la colectiva Gallinas Furiosas en una de las avenidas más grandes de Bogotá (calle 26 con avenida Caracas) en el que se plasmó la importancia del trabajo de cuidado.
Así pues, fenómenos como El Avispero encarnan la esencia misma de la revolución tecnológica y ciudadana que está barriendo en el mundo. Esto es la prueba viviente de que cuando la ciudadanía, las mujeres y la tecnología se unen estratégicamente se encuentran rutas inexploradas para la incidencia y la transformación social.
*Socia y directora institucional y de alianzas estratégicas de Movilizatorio.