Las remarcaciones que se multiplicaron desde el denominado sinceramiento post balotaje y la liberación de precios post devaluación generó pánico entre los empresarios, quienes confirmaron un escenario de abrupta caída del consumo, combinado con una suba de los costos de producción, que podría ser la antesala de una espiralización inflacionaria y una pérdida de competitividad de los productos nacionales. Con la vigencia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del presidente Javier Milei , que desreguló la economía, algunos actores del sector privado comenzaron a mostrar una conducta sin control, que llegó incluso a imponer precios dolarizados en ámbitos como la atención sanitaria. “Las proyecciones de consumo para este año son un desastre”, confesó una fuente del sector fabril, vinculado a la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), que preside Daniel Funes de Rioja, también jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA). Según los números que maneja una empresa de las denominadas grandes en ese rubro, existen tres escenarios de consumo sobre los que montaron sus negocios, todos malos: “El más optimista, con caída de 10%; y, el más pesimista, con caída del 30%”. Encuentro reservado de Massa con la CGT: «En marzo van a sentir la enorme caída de los ingresos» Las empresas del sector alimenticio remarcaron precios en un promedio del 30% durante diciembre pasado, según las mediciones privadas, aunque lo hicieron de manera dispar entre los integrantes del sector. No todas pueden sostener una inflación vertiginosa ante el derrumbe de las ventas en las góndolas, especialmente en los rubros que no son de primerísima necesidad. “Se sinceran todos los precios, menos los salarios. Por ende, cae la capacidad de consumo”, advirtió otra fuente de la COPAL, consultada por PERFIL.Remarcaciones resistidas, con importaciones a la vistaUn integrante de la mesa chica de la UIA admitió que, en su empresa, la combinación de caída del consumo y la falta de insumos importados paralizó algunas cadenas de la producción de su fábrica, con productos que ya no ofrece al mercado. “Tengo proveedores que no me embarcan y eso hace que ya haya líneas que no puedo fabricar. Cuanto más tiempo pase sin poder girar algo, más líneas de producto no voy a fabricar”, se lamentó.El problema tendrá inevitables consecuencias, aún si el pago del stock se resolviera en forma inmediata: “Si lo destrabo hoy, para que me llegue el producto tengo dos meses de espera”. Hay fábricas que decidieron sostener, a la espera de una resolución, el personal a pesar de una mayor capacidad instalada ociosa. Otros comenzaron a desprenderse de operarios, según pudo saber PERFIL. Dólar, inflación y devaluación: los principales desafíos que enfrentará el Gobierno en 2024 Ayer, la segunda subasta de la serie 1 del bono para pagar la deuda importadora que ofrece el Banco Central (BOPREAL ), tuvo su segundo paso en falso, con apenas USD 57 millones ofertas adjudicadas. Hasta el momento, menos del 10% eligió esa alternativa. “Sólo les sirve a las grandes empresas, que le dan el bono a sus casas matrices, quienes pueden esperar”, se quejó un empresario pyme.Existe otra alerta que asoma en el horizonte de los industriales: “El mercado no está aceptando los aumentos de precios y la demanda se está frenando. Además, en pocos meses va empezar a aparecer oferta de producto importado. Por lo tanto, la caída de la demanda va a obligar a ver de nuevo el tema de costos y ajustarte de alguna forma o, sino, desaparecer”, afirmó, con crudeza, otro industrial, quien agregó: “Yo creo que muchas empresas la van a pasar mal. Si pueden aguantar este año, las que queden van a tener que tecnificarse para seguir existiendo”.Inflación de costos y libertinaje de preciosSegún la consultora Ecolatina, el sector Salud fue el que más remarcó precios en diciembre pasado, con subas promedios del 38%. Ese rubro atraviesa una crisis importante en referencias, lo que generó una anarquía en las prestaciones. En un sanatorio porteño, que es controlado por una empresa de medicina prepaga, se imponen copagos en dólares para una cirugía traumatológica. Lo llamativo es que ese sobrecosto no es para cubrir materiales, sino que está destinado a honorarios de un médico especialista, quien llegó a reclamar hasta USD 500 para una operación de clavícula. “Es lo que viene”, se lamentó una traumatóloga de una clínica del conurbano bonaerense, consultada por este medio.La dispersión de los costos golpeó a la logística. Según un informe de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), en diciembre “los costos logísticos fueron impactados por el aumento generalizado de precios, con un fuerte impulso dado por la variación del tipo de cambio oficial (120,28%)”. “El combustible tuvo una fuerte incidencia en los aumentos , con un incremento del 63,31%. En varios rubros se registraron subas importantes, como en Lubricantes (70,40%), Neumáticos (32,06%), Reparaciones (17,19%), Material Rodante (4,39%), Seguros (39,05%), Costo Financiero (23,46%) y Gastos Generales (29,67%)”, destacó el relevamiento elaborado para la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL). Cuota Simple: el Gobierno define el nuevo programa que reemplazará al «Ahora 12» Otro dato que mostró el derrumbe del poder adquisitivo fue la caída de la obra privada en el rubro de la construcción. “El Índice Construya (IC), que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para la construcción que fabrican las empresas que lo conforman, registró un descenso de 14,8% desestacionalizado mensual y se ubicó 17,4% por debajo de diciembre 2022. De esta forma el acumulado de enero a diciembre cerró 7,9% por debajo del mismo período del año anterior”, señaló el informe realizado por el Grupo Construya, que integran las empresas líderes del sector. AM / ED
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