En 2012, un banquero de Wall Street llamado Randall Atkins hizo una inversión audaz. Sin verlo, compró una mina de carbón en Wyoming, Estados Unidos, por 2 millones de dólares. Su plan original era vender el carbón a las fábricas, pero todo cambió después de que realizó un estudio de la mina en colaboración con el Departamento de Energía. Durante el estudio, Atkins hizo un descubrimiento increíble. La mina contenía elementos raros por un valor impresionante de 37 mil millones de dólares. Estos elementos formaban parte de un depósito repartido por toda la mina y podían encontrarse en el interior de otros minerales como el cobalto. Sin embargo, extraer estos elementos requirió un proceso diferente al de la minería tradicional. Las rocas tuvieron que ser trituradas para poder acceder a los elementos valiosos. Aunque el proceso fue complicado y costoso, el valor de estos artículos raros superó con creces la inversión inicial de Atkins. Los elementos raros son muy buscados por varias razones. En primer lugar, rara vez se encuentran en grandes cantidades, lo que los hace extremadamente valiosos. Además, varias industrias dependen de estos elementos para procesos cruciales. La tecnología es una de las industrias que consume grandes cantidades de elementos raros, ya que se utilizan en productos como láseres, teléfonos móviles, motores de aviones, baterías y productos de vidrio de alta calidad. A medida que el mundo se vuelve cada vez más dependiente de la tecnología, la demanda y el precio de estos elementos raros siguen aumentando. Solo en 2021, Estados Unidos importó tierras raras por valor de 150 millones de dólares. Sin embargo, esta fuerte dependencia de las importaciones plantea un problema, ya que muchos de estos artículos provienen de China, que es el principal competidor de Estados Unidos en el mercado tecnológico. Dadas las tensiones políticas entre Estados Unidos y China, es vital que Estados Unidos encuentre una fuente local para estos materiales críticos. La mina Atkins, conocida como mina Brook, contiene algunos de los elementos de tierras raras más valiosos utilizados en la industria tecnológica. Estos incluyen óxido de cerio, óxido de neodimio (III), concentrado de bastnasita y carbonato de lantano. Los expertos han sospechado durante mucho tiempo que Estados Unidos posee estos depósitos, y Wyoming parece ser el lugar más probable para ellos. Así, el estado donde un inversor compró una mina sin siquiera verla puede darle a Estados Unidos un acceso sin precedentes a estos materiales esenciales para el campo tecnológico. Ahora, con esta ganancia inesperada, Atkins y sus inversionistas en Ramaco Resources están a punto de volverse mucho más ricos de lo que anticiparon cuando compraron la mina hace una década. ¿Te gustó el artículo? ¡Pásalo!
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Un inversor compró una mina de carbón por 2 millones de dólares. Lo que descubrió en él le haría 37 mil millones de dólares más rico
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