El jueves 21 de noviembre, la Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional ordenó arrestar al primer ministro Netanyahu y al exministro de defensa Yoav Gallant. En paralelo, ordenó arrestar a Al-Masri, comandante de Hamás. La Sala no ordenó el arresto de los otros dos miembros del grupo terrorista, a quienes Israel asesinó en meses pasados. Yahya Sinwar murió en un ataque con drones en Gaza e Ismail Haniyeh, representante político de Hamás en las negociaciones de alto al fuego, murió en un ataque con explosivos remotamente detonados en Teherán. Desde entonces, las negociaciones de paz continuaron entre Egipto, Qatar, Israel y EE.UU. UU., sin la participación de ningún representante de Hamás ni de Palestina.
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Nos preguntamos hoy en día: ¿Será Netanyahu realmente arrestado? ¿Servirán de algo las decisiones del IPC o las políticas de los países se sobrepondrán al ideal de justicia internacional? Actualmente, 124 países parte del Estatuto de Roma tienen la obligación de arrestarlo si visita sus territorios. Sin embargo, existen casos en los que países decidieron no arrestar, por ejemplo, Sudáfrica en 2015 con la visita de Al-Bashir, expresidente de Sudán. Frente a las actuales políticas, Canadá, España, Italia, Turquía, Colombia y Sudáfrica, entre otros, confirmaron que arrestarían a Netanyahu si entra a sus territorios, pero países como Alemania, firmante del Estatuto de Roma, manifestaron que están examinando la situación donde ponderarán su apoyo a la CPI y su compromiso especial con Israel. Entretanto, numerosos países no se han manifestado sobre el asunto. Más allá de una consecuencia jurídica, estas declaraciones tienen una consecuencia política de apoyo a las decisiones del IPC.
La fase siguiente en el CPI es la confirmación de cargos, donde la Sala de Cuestiones Preliminares determinará si hay suficiente evidencia para convencer a la Corte de que cometió los crímenes. Una vez confirmados los cargos, el proceso pasará a fase de juicio en primera instancia. En caso de que Netanyahu no sea arrestado, la Sala tiene la opción, en circunstancias excepcionales, de continuar con el proceso de confirmación de cargos sin la presencia de Netanyahu, como sucedió en marzo de 2024 en el caso contra Kony, comandante de un grupo. armado cristiano en Uganda. Sin embargo, el juicio en primera instancia contra Netanyahu solo podrá iniciar con su comparación ante el IPC.
En cuanto a los crímenes por los que se ordena el arresto, el Fiscal no incluye el crimen de genocidio, a pesar de que varios de estos crímenes en conjunto pueden llegar a constituirlo, como lo haría la acumulación de exterminio y persecución. El fiscal podrá modificar los cargos hasta después de que la Sala confirme los cargos, pero antes de comenzar en Sala de Primera Instancia.
El CPI ha procesado a otros jefes de Estado como Al-Bashir, expresidente de Sudán, quien tiene orden de arresto sin confirmación de cargos desde 2009; Kenyatta, expresidente de Kenia, contra quien la Sala no confirmó los cargos; Gadafi, exlíder de facto del Estado de Libia, contra quien la Sala cerró el caso después de su asesinato; y Gbagbo, expresidente de Costa de Marfil, declarado inocente. En cuanto a la orden de captura contra Putin, esta se encuentra en el mismo momento procesal que la de Netanyahu, donde aún no se ha pasado a la confirmación de cargos.
En conclusión, el IPC podrá juzgar a Netanyahu solo si abandona el territorio de Israel y si el país que visita decide arrestarlo. Estos son los momentos en los que la política internacional cobra relevancia sobre el ideal de justicia internacional.
*Candidato a doctorado en Derecho, Universidad de Cornell, Facultad de Derecho