Se espera que el partido de la Liga de las Naciones entre Francia e Israel, previsto para el 14 de noviembre en el Stade de France de París, se juegue ante una multitud sin precedentes, de entre 15.000 y 20.000 personas, la más pequeña en la historia de la selección francesa.
Esta situación se explica por el tenso contexto geopolítico y el aumento de las medidas de seguridad, informa L’equipe.
En comparación, el récord de asistencia mínima se remonta al 22 de junio de 2003, durante un partido de la Copa Confederaciones entre Francia y Nueva Zelanda, que atrajo a 36.842 personas.
Para el partido contra Israel, el ring superior del Stade de France estará cerrado, concentrando a los espectadores en los niveles inferiores. Esta configuración pretende facilitar la gestión de la seguridad y optimizar el ambiente a pesar del reducido número de aficionados previsto.
Varios factores explican este descontento del público y de la audiencia. El contexto geopolítico actual, marcado por las tensiones en Oriente Medio, plantea preocupaciones de seguridad en torno al evento. Esta preocupación se ha visto acentuada por los recientes incidentes en Amsterdam, donde estallaron enfrentamientos que involucraron a fanáticos israelíes.