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Salud ¿Te cuesta conciliar el sueño por las noches? Si por más que intentas dormirte temprano siempre acabas viendo un capítulo más o haciendo scroll en tus redes sociales sin ser capaz de parar y dormir, es muy probable que estes procrastinando tu sueño. ¿Quieres saber por qué te sucede y cómo puedes evitarlo?
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El insomnio es un problema creciente en el mundo moderno. Las razones no son pocas. El uso de estimulantes, como la cafeína, están a la orden del día, las pantallas alteran nuestro ciclo de sueño y la creciente pandemia del estrés tampoco ayuda a que el descanso reparador.
Pero un nuevo paradigma ha entrado en juego en los últimos años. ¿Es posible procrastinar a la hora de dormir? Te contamos cómo puedes identificar que estás procrastinando tu descanso y qué debes hacer para solucionarlo, según Elia Marcos, health coach y divulgadora en redes sociales.
Salud ¿En qué consiste la procrastinación del sueño?
Hay muchas razones por las que podemos tener problemas para conciliar el sueño. El insomnio puede tener causas psicológicas o físicas, y son muchos los factores que entran en juego cuando hablamos de dificultad para descansar por las noches. Aunque últimamente ha surgido un nuevo problema en esta materia: la procrastinación del sueño.
Fue un estudio realizado en 2014 por la Utrecht University(Países Bajos) el que acuñó este término que hace referencia a aquellas personas que evitan dormir en pro de otras tareas, como ver una serie, una película o sencillamente quedarse en la cama con el móvil, viendo redes sociales.
Elia Marcos, health coach y creadora de contenido en Instagram, cuenta a sus usuarios en qué consiste la procrastinación del sueño, que ha sido llamada también procrastinación por venganza.
Pero antes de entrar en materia, debemos definir qué significa procrastinar. Este término que cada vez se escucha más puede definirse como “posponer una actividad que sabes que tienes que hacer sustituyéndola por otra más placentera”.
Es importante comprender que la procrastinación no se produce por pereza o apatía, sino para evitar una emoción negativa o desagradable.
Entonces, ¿cómo es posible procrastinar el sueño si es algo agradable y que a todos nos gusta? Es aquí donde, como bien explica Marcos, entra en juego la venganza. Y es que la procrastinación del sueño surge como respuesta a un estado de estrés en el que no hemos tenido tiempo para nosotros mismos.
Salud La procrastinación como venganza
Has pasado todo el día cumpliendo obligaciones, trabajando, limpiando la casa, yendo a hacer la compra, y haciendo mil cosas más que no te apetecían. Al fin cae la noche y llegas a la cama. Tienes que dormir, porque al día siguiente te esperan otras obligaciones y necesitas madrugar. Es en este contexto donde surge la llamada procrastinación por venganza.
Como el trabajo y el resto de las obligaciones han tomado el control de tu día, una parte de ti siente que quedarte hasta más tarde es una forma de reivindicar ese control y esa libertad de hacer lo que realmente quieres hacer. Además, tu mente se convence de que cuanto antes te duermas, antes llegarán todas esas tareas que tienes programadas para el día siguiente, y prefiere evitarlo.
La experta lo explica usando la analogía del niño pequeño con un berrinche. Ante esta situación, tu niño interior tiene un berrinche. No le has dejado jugar en todo el día y se venga reclamando por la noche ese tiempo que no has tenido para ti misma.
Y sí, en el momento se siente bien, pero al final acabarás pagando este tiempo con falta de sueño. A la larga, esto puede producir insomnio, dado que el cerebro se acaba acostumbrando a dormir más tarde.
De hecho, tal y como explica Marcos en sus vídeos, la procrastinación del sueño es más común en personas que tienen más energía por la tardecomo venganza por tener que adaptarse a los horarios de mañana.
Salud ¿Qué puedes hacer para dejar de procrastinar el sueño?
Ahora que ya entiendes por qué te cuesta tanto irte a dormir por las noches y por qué cada vez te cuesta más conciliar le sueño, es hora de buscar una solución para todo esto. Elia Marcos nos ofrece algunas posibles respuestas.
- Reserva un rato para ti durante el día. La mejor forma de evitar la procrastinación por venganza es, sencillamente, garantizarte momentos de libertad durante el día, para no buscarlos por la noche. Elige una franja de tiempo al día, (una hora, quince minutos, lo que puedas) y resérvalo para ti, para hacer aquello que te apetezca, desconectar y sentirte dueña de tu tiempo.
- Fija un inicio y un final a tu tiempo libre antes de dormir. Decide cuánto tiempo vas a dedicar a actividades de ocio antes de ir a dormir. No pienses que es una limitación, sino una recompensa por todo un día de esfuerzo. Esa hora o esa media hora que te concedes de ocio por la noche es tuya, para que hagas lo que quieras. Pero cuando acabe, tendrás que ir a dormir.
- Crea una rutina de noche relajante. Leer o hacer respiraciones antes de ir a la cama puede ayudarte a conciliar el sueño antes. Además, al repetir cada noche la misma rutina justo antes de dormir, conseguirás entrenar a tu cerebro y condicionarlo para que sientas sueño al completarla. Una ducha con agua caliente, tomar infusiones calientes o aplicarte cremas u otros productos para la piel puede tener efectos positivos sobre tu descanso como parte de tu rutina de descanso.
- Evita lo que te mantiene despierto. Con tiempo para ti misma y una buena rutina para antes de ir a la cama, el siguiente paso consiste en evitar aquello que te mantiene despierto. Es decir, nada de café a últimas horas de la tarde, evitar las cenas pesadas y no hacer ejercicio físico de alta intensidad cerca de la hora de dormir. También debes evitar usar el teléfono una vez que acabe tu tiempo de ocio. Lo recomendable es dejar de utilizarlo al menos 30 minutos antes de dormir.
- Pon límites claros entre el trabajo y el ocio. Por último, debes evitar volver a caer en una situación de estrés que te lleve a procrastinar tu descanso. Para ello, asegúrate de que tu tiempo personal recibe la atención necesaria sin tener que sacrificar horas de sueño. Marca límites claros entre tu trabajo y tu tiempo libre, para que no se mezclen ni se vuelvan incompatibles. Recuerda que el descanso es tan (o incluso más) importante que la productividad. La clave está en el equilibrio.