Salud
Cuando llevas muchas horas seguidas unos tacones tus pies se resienten. Para que tu salud no se vea perjudicada por los tacones a largo plazo, te damos un par de consejos.
Si tienes entre 40 y 70 y a lo largo de tu vida has usado tacones con frecuencia debes saber que tienes bastantes papeletas para sufrir problemas en los pies. En ese rango de edad los niveles de colágeno del cuerpo se reducen de forma natural y esto redunda en una pérdida de elasticidad de las articulaciones. Por lo tanto, es en este periodo cuando quienes han llevado tacones muy a menudo suelen encontrarse con problemas de postura, o un aumento en el riesgo de padecer artrosis por el incremento de presión que han experimentado las articulaciones del pie, el tobillo y la rodilla.
¿Hay algo que se pueda hacer para evitar que todo esto suceda? Evidentemente lo más aconsejable es renunciar a los taconespero como es obvio que en muy pocos casos se va a tomar una decisión de este tipo, los expertos ofrecen un par de consejos interesantes para reducir la probabilidad de que estas complicaciones lleguen a aparecer. Veamos cuales son.
Preparar tu cuerpo
Si no quieres dejar de usar tacones, al menos necesitas preparar tu cuerpo para su uso. Esto se logra por medio de dos vías, el ejercicio y la alimentación. El fortalecimiento del sistema articular es esencial para que los dolores y problemas que suelen llegar con su uso al cabo de los años sean los menores posibles. Cualquier ejercicio que trabaje desde rodillas a tobillos va a resultarte beneficioso.
El otro aspecto a cuidar es la dieta. Una buena hidratación, una alimentación que contenga los principales nutrientes y vitaminas que el cuerpo demanda y el uso de suplementos que ayuden a este objetivo resulta en una buena estrategia. La vitamina D y el colágeno no pueden faltar para asegurar que el deterioro de la elasticidad en las articulaciones se vea reducido a la mínima expresión.
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Elegir el tacón más adecuado
El segundo consejo que ofrecen los expertos está relacionado con la elección del tacón. Aunque el tacón alto y fino sea estéticamente el que más luce, no es el que deberías usar. Al menos no de forma frecuente. El que se recomienda para que las consecuencias a largo plazo no sean graves es el que distribuye el peso entre puntera y talón. Esto es lo que se conoce como “Tacón prudente”.
Si el tacón forma parte de tu vestuario habitual, lo ideal es que busques uno que sea ancho y que no supere los 7 cm. de altura. Cuanto más te alejes de estos parámetros, más daño causarás a tus articulaciones con el paso del tiempo. ¿El tacón de aguja queda prohibido entonces? No, si se usa únicamente de forma puntual. Lo importante es que no acostumbres a tus pies a sufrir. Porque antes o después, el precio se paga.