Salud
La iniciativa, que logró 87 votos afirmativos y 37 negativos, en medio de acaloradas discusiones de los partidos de oposición en la Cámara, deberá ahora ser aprobada por el Senado el próximo año, en doble debate.
En caso de que reciba el aval del Congreso, el proyecto de Ley pasará a la Corte Constitucional, que se encargará de analizar el texto y darle el visto bueno.
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Según expertos, este trámite podría extenderse un tiempo por lo cual, de aprobarse, la reforma entraría en vigencia plena en 2025.
En un Live con Portafolio, Tatiana Andia, profesora del departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, señaló que aunque los cálculos indican que la transición del actual modelo a la propuesta de la reforma a la salud tardaría unos dos años, lo cierto es que esto llevaría mucho más tiempo.
(Vea: Aprueban la reforma a la salud y el proyecto pasa al Senado).
«Piensen por ejemplo que hay que construir infraestructura, edificios y sedes para los centros de atención primaria que propone el Gobierno. Esto toma tiempo», dijo Andia.
Por tal motivo y como suele pasar cuando se aprueba una reforma, será el próximo Gobierno quien se encargue de ejecutar la implementación y puesta en marcha de lo que se defina.
Para la experta, en caso de que el Gobierno que llegue sea de oposición surge el interrogante sobre qué tan rápida puede ser la ejecución y si querrá modificar algo de lo aprobado.
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«Uno de los grandes interrogantes es qué pasa cuando se aprueba una reforma y la tiene que ejecutar el Gobierno entrante, que podría incluso ser de la oposición», señaló la docente.
Sin embargo, más allá de lo que pueda ocurrir, la transición debe ser gradual y tomará un tiempo para que entre en pleno.
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