Mientras el gobierno municipal de Juárez y Migración montaban un operativo para “asustar” a los migrantes que se acercaban al Río Grande para evitar que acamparan y cruzaran ilegalmente a Estados Unidos, decenas de civiles acudieron a ofrecer agua y comida a casi 700 personas. migrantes que se encuentran en un campamento del lado estadounidense, esperando ser procesados.
Durante los patrullajes de EFE, durante los operativos que realizan la policía municipal de Juárez y el Instituto Nacional de Migración (INM), los migrantes no son detenidos, simplemente se les pide que abandonen el río, mientras que algunos son convencidos de abordar patrullas para llevarlos a los albergues. .
El viernes, el Comisionado de Migración, Francisco Orduño, se reunió con el alcalde de Juárez, Cruz Pérez, y la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, para formular estrategias para enfrentar la crisis migratoria que azota a la ciudad fronteriza mexicana.
Entre los acuerdos que firmaron en Ciudad Juárez, epicentro de la crisis migratoria en el norte del país, está el de sacar a los migrantes de la zona ribereña del lado mexicano, donde formaron campamentos de hasta 300 personas, y donde quedaron expuestos. a secuestros y ataques.
Ayer EFE documentó uno de estos operativos en el que agentes ministeriales y migratorios les piden que se retiren de la región de Río Grande, mientras la mayoría se retiran por un corto periodo de tiempo, porque en cuanto las patrullas salen regresan a sus concentraciones.
A tres kilómetros del lugar donde se desarrollan las operaciones, pero en el lado norteamericano del Río Grande, hay un campamento con alrededor de 700 migrantes, muchos de los cuales llevaban más de 72 horas sin suministro regular de agua y alimentos. .
Hasta allí llegaron decenas de civiles provenientes de la frontera de Ciudad Juárez con ayuda humanitaria, principalmente agua y alimentos recolectados entre la población.
“El hecho de vivir en una zona fronteriza me hizo ver a muchas personas en situación migratoria”, dijo Mónica Rangel, quien recaudó fondos con algunos amigos para comprar agua y llevarla a los migrantes ubicados en el campamento cerca de Porta 36.
Exigió a las autoridades mexicanas que al menos haya lugares dignos, ya que hace mucho calor y los migrantes están deshidratados. Claudia Gutiérrez predica la palabra de Dios entre los migrantes, pero también los alimenta. Mientras tanto, en el campamento de alrededor de 700 migrantes, ubicado frente a la puerta 36 del muro fronterizo, la ayuda llega a manos de civiles juarenses.
