En un habitual patrullaje táctico, anoche, jueves 20 de julio, un equipo policial se topó con el joven RS de L, conocido en el círculo policial por su habitual práctica delictiva, transitando por el Sector 17.
Al notar la presencia de policías, el sospechoso aceleró sus pasos tratando de escapar de un posible acercamiento. El niño saltó los muros de las residencias cercanas y se escondió.
Se solicitó apoyo a los demás vehículos y tras el cerco policial, con ayuda de un dron, los agentes localizaron al sospechoso en un vivero de orquídeas en el patio trasero de una residencia, aún en el Sector 17.
Capturado e interrogado, el agente denunció que se comportó de esa manera porque es consciente de que está prófugo del sistema penitenciario y creía que podría seguir en libertad. Responde a causas penales por diversos robos, amenazas y hurtos. El niño también confesó ser consumidor de drogas.
Municiones, drogas y, en el dormitorio, una bicicleta roja, marca LOTUS, modelo CXR, fueron encontradas escondidas en un sofá. En un mueble de madera fijo de la cocina se encontró un recipiente de plástico verde que contenía dos fragmentos cristalizados en piedra, que parecían ser “Crack”.
En la casa se encontraban dos mujeres, LM dos Santos y AF de S. Con la primera había cinco municiones calibre 38, dos de las cuales ya habían sido disparadas, y tres casquillos que contenían porciones de “Cannabis sativa” en sus respectivos interiores. . En una mochila negra contenía dieciséis frascos de perfume con fragancias variadas.
La segunda mujer confesó que le robaron el celular que usaba.
Por lo tanto, ante la existencia de elementos de convicción de que en el lugar se estaba produciendo la práctica reiterada de actos ilícitos, los agentes recibieron voz de aprehensión y fueron explicados sus derechos constitucionales y trasladados a la Unisp.
El joven presentaba abrasiones en varias partes de su cuerpo, provocadas por su fuga por sus caídas y obstáculos.